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lunes, 9 de abril de 2012

Como llenar ese vacío que sientes en el corazón


Existen motivos de sobra que dan lugar a los sentimientos de soledad, alguna pérdida familiar, el final de una relación, de una amistad, cambios de residencia, etc. Cualquier circunstancia en la que a falta de cierta compañía se deja sentir ese sentimiento de vacío, mismo que muchas veces a pesar de estar rodeado de personas sigue estando ahí.

Hay vacíos y espacios que se sienten en el corazón, y que independientemente del motivo que lo provoca, el dolor es grande y deja sentir la soledad, huecos que sin importar lo que haces para llenarlos siguen existiendo.

Tal vez has intentado remediar tu soledad con amigos, pero a ellos no les es posible acompañarte cada segundo del día, puedes buscar refugio en tu trabajo, pero al llegar la hora de salida te das cuenta que el sentimiento continúa, puede ser que ya las actividades o “momentos de escape” dejaron de ser suficientes, y créeme “todos alguna vez lo hemos sentido”.

A veces el sentirte solo te lleva a pensar que realmente lo estas, pero si hoy es el caso, y sientes que te identificas con esto, entonces estas palabras son para ti: Después de haber intentado buscar algo que llene ese vacío, sin lograrlo, y aun cuando parece que estas solo, sea cual sea el motivo que te ha llevado a donde estas hoy, llorando o angustiado, Dios lo ha visto todo, ha escuchado cada una de tus palabras y quiere que le permitas llenar ese vacío que hoy sientes, nadie mejor para comprenderte y ayudarte que Él, pues es quien realmente te conoce, te ama y te acompaña, su amor por ti es mas grande de lo que puedes imaginar, hay vacíos que son tan profundos que nada puede llenarlos, pero Dios puede sanarlos si tu lo dejas actuar.

A veces vamos de un lugar a otro buscando llenar un vacío para el que parece que nada es suficiente, ni el dinero, ni la compañía, ni el trabajo, ni el deporte, pero olvidamos buscar lo mas importante, lo único que da la medida del vacío que sientes, y ese es el amor de Dios, el que llena todos los espacios, el que encuentras en sus brazos, si has intentado de una y mil maneras llenar un vacío inexplicable, prueba los brazos de Dios, ellos siempre estarán abiertos para ti, y para llenar cada área, y cada necesidad de tu corazón.  
 
FUENTE: Maite Leija

Disfruta lo que tienes, mientras esperas lo que quieres

Una de las cosas que la mayoría de las personas tenemos en común es siempre estar esperando algo, un acontecimiento, una respuesta, un comienzo o un final, cosas personales, sentimentales, familiares, profesionales, todos y cada uno de los sueños y metas que queremos ver realizados pero que aunque deseamos con tantas ganas y entusiasmo, algunas otras veces son motivos de tristeza y desanimo.

Estar a la espera de algo deseado también puede convertirse en algo que produce todo menos alegría, pues saber que por el momento no lo tenemos nos hace sentir inconformes o que nos falta algo, y eso muchas veces sin darnos cuenta comienza a hacernos daño, a veces dejamos de disfrutar lo que tenemos por dedicarnos solo a pensar en lo que queremos, y es que pasamos tanto tiempo pensando en eso que lo demás algunas veces hasta deja de ser importante.

Es bueno tener deseos y esperar cosas mejores, también lo es disfrutar del presente, y agradecer a Dios por ello.

Puede ser que hoy estas pasando por una necesidad, tal vez lleva poco tiempo o tal vez mucho, según tu perecer, pero si has puesto tu confianza en Dios no hay nada de que preocuparse, no hay por que estar triste, no importa el tiempo, no importa el lugar, la respuesta llegará en el momento perfecto, lo único que tienes que hacer es DISFRUTAR de lo que hoy tienes y ESPERAR lo que sin duda vendrá y Dios te mostrará una vez mas que toda espera tiene su recompensa.

¿Por qué te abates, oh alma mía, Y te turbas dentro de mí? Espera en Dios; porque aún he de alabarle, Salvación mía y Dios mío. Salmos 42:5.
 
 FUERTE: Maite Leija

Por la Vía Dolorosa




Por la Vía Dolorosa
Triste vía en Jerusalén
Los soldados le abrían paso a Jesús
Mas la gente se acercaba
Para ver al que llevaba aquella cruz
Él sangraba por los golpes
Que en la espalda recibió
Con espinas coronado fué el Señor
Y con cada paso vió
El desprecio de la gente que Él amó

Coro:Por la Vía Dolorosa
Que es la vía del dolor
Como oveja vino Cristo
Rey y Señor
Y fue Él quien quiso ir
Por amor a ti y a mi
Por la Vía Dolorosa al Calvario a morir

Por la Vía Dolorosa
Triste vía en Jerusalén
Los soldados le abrián paso a Jesús
Mas la gente se acercaba
Para ver al que llevaba aquella cruz

La sangre que hoy nos limpia por fe
Su huella dejó en Jerusalén

domingo, 8 de abril de 2012

Los Frutos de la Perseverancia


 
Lectura: Lucas 8:1-21
En nuestra lectura hay diferentes tipos de personas. Sólo nos ocuparemos de dos de ellas.

En primer lugar, pensemos en las mujeres. Éstas habían sido sanadas por el Señor y su reacción fue servirle (vs. 2,3). Igual pasó con nosotros. Dios nos miraba así: “No hay en él cosa sana” (Is. 1:6). Mas, ¡qué gran verdad! En el Señor Jesús “fuimos nosotros curados” (Is. 53:5). ¿Nos mueve la gratitud a servirle?
En segundo lugar están los que oyen, retienen la palabra y dan fruto (v. 15). ¡Qué hermoso día aquel, en el cual oímos de Cristo y le retuvimos! Entró en nosotros un deseo muy grande de servirle, de darle algo. ¿Lo estamos haciendo hoy con el mismo ánimo? El Señor concluye que no debemos dar fruto sólo un día sino debemos darlo con “perseverancia” (v. 15). ¿Damos fruto para el Señor cada día?
Nuestra lectura termina de una forma hermosa. La madre del Señor y sus hermanos llegan a buscarle (v. 19), y ante todos dice: “Mi madre y mis hermanos son los que oyen la palabra de Dios, y la hacen.” ¿Puedo considerarme entre éstos?

Palabras Claves: Lucas 8:1-21, Perseverancia, Reflexiones Cristianas, Frutos, Reflexiones Cortas

¡No tengo dinero!

“Y dije: No es bueno lo que hacéis. ¿No andaréis en el temor de vuestro Dios, para no ser oprobio de las naciones enemigas nuestras?”, Neh. 5:9
 
1-   No sólo debemos determinar parar el mal, sino que hay que hacer planes específicos para corregir el problema lo más pronto posible (v. 11): hacer planes para cambiar lo que debamos cambiar. Si queremos corregir la economía familiar debemos hacer las cosas que tenemos que hacer, sin importar si nos gusta o no
2-   Declare sus planes para la corrección del problema haciendo una promesa delante de Dios y establézcala firmemente
3-   Darnos cuenta de la seriedad de nuestra promesa (v. 13): haciéndolo podremos alabar a Dios con toda libertad y disfrutar de su gozo y paz
 Aplicaciones prácticas: 
Dios se agrada cuando manejamos nuestro dinero sabiamente
Un pecado personal prolongado hiere profundamente la obra del Señor, tus negocios y tu familia
Enfrentar el problema directamente es el primer paso para corregirlo
Cuando hacemos una promesa la corrección se lleva a cabo más efectivamente, preferiblemente una promesa pública; al hacerlo, nos vemos forzados a cumplirla
Si hay conflictos en su hogar o en sus negocios, ¿por qué persistir en hacer las cosas mal? Debemos hacer un cambio
Una situación similar a lo que sucede hoy en día la vemos en los versos 3, 4 y 5:
 v. 3, habían empeñado tierras, viñas y casas
v. 4, tomaron prestado y los intereses eran muy altos
v. 5, sus tierras eran de otros y hasta sus hijos eran tomados como esclavos
 Si somos de los que siempre andan diciendo: ¡No tengo dinero!, es un buen momento para meditar y actuar; hagamos las correcciones necesarias, prometamos a Dios hacer lo correcto y trabajemos para cumplir nuestra promesa.

 La perfecta voluntad de Dios es que seamos prosperados en todo (3ª Juan 2)

“La Resurrección”

“No está aquí, sino que ha resucitado”, Luc. 24:6
 
 
 
Veamos lo que sucedió después de la crucifixión de Jesús:
Mar. 16: 1 y 2: unas mujeres valientes iban a ungir el cuerpo de Jesús
V. 3 y 4: ellas sabían que había una piedra; para estas mujeres iba a ser un poco difícil mover la piedra o conseguir a alguien que la moviera, pero siguieron caminando y al llegar encontraron que la piedra estaba removida; a pesar de los obstáculos o problemas, debemos seguir caminando en fe
V. 5: al llegar y ver el sepulcro abierto encontraron a un joven dentro
V. 6: el Señor sabía que esas mujeres valientes iban para allá y proveyó un ángel para que les anunciara que Él había resucitado. Hoy, nosotros somos los encargados de darle esa misma noticia a la humanidad
V. 7 y 8: habían visto un ángel del Señor, pero se fueron con temor y espanto y no decían nada a nadie. Juan 20 dice que les avisaron a los discípulos, pero a ellos les dijeron solamente que se habían llevado el cuerpo del Maestro, y Pedro y Juan corrieron al sepulcro. Uno de ellos llegó primero, pero no entró; después llegó Pedro y entró y vio los lienzos y el sudario en un rincón y dice que creyeron a la Escritura.
Juan 20:14, Jesús se aparece a María Magdalena y ella lloraba. Primero ella lo confunde con el hortelano. Jesús estaba ante ella y ella lloraba sin saber quién era Él. Hoy, muchos viven con el montón de problemas y sufrimientos, y Jesús junto a ellos sin saberlo
V. 16 y 17: Jesús la llama por su nombre y ella se da cuenta de quién es; le da un mandato para que vaya a avisarle a sus hermanos; pero mientras Jesús y María hablaban, algo estaba sucediendo sin que ella lo supiera: ver Mateo 27:50 – 53
Cristo muere en la cruz, pero ahí muere la humanidad de María; su espíritu descendió al corazón de la tierra (Ef. 4:8 – 10). Ahí estaban muchos esperando por Él, y cuando llega el momento se les presenta y les dice: “yo soy aquel de quien ustedes profetizaron”; y sale de ahí seguido por una multitud
Por eso Mateo 27 dice que se abrieron los sepulcros y se levantaron santos que habían dormido. Imagine la escena: ¿Cómo estaría la santa ciudad con esos visitantes? Salieron de los sepulcros después de la resurrección de Cristo, y vinieron a la santa ciudad y se aparecieron a muchos
Se levantaron los santos del Antiguo Testamento; pero pronto lo harán los santos del Nuevo Testamento. Pronto, las tumbas se abrirán y los muertos en Cristo resucitarán y nosotros, los que estemos vivos, seremos arrebatados.  
 
 FUERTE: www.reflexionescristianas.com

viernes, 6 de abril de 2012

Jovenes Cristianos – LA PASCUA

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Pasaje clave: Éxodo 11 y 12.


Faltaba muy poco para el gran día de la liberación. Ese sería un día muy especial y Dios quiso que fuese recordado por su pueblo. La fiesta que celebrarían para no olvidar se llamaría “La Pascua”.
La Pascua es una fiesta judía y ellos la celebran recordando su liberación de la esclavitud de Egipto. Fue el catolicismo quién inventó la tontería de que no se puede comer carne roja pero sí pescado. Los judíos se comieron un buen cordero, ¡y no fueron a pescarlo! Y si quisiéramos celebrarla tal cual como es tendríamos que comer verduras amargas, panes sin levaduras y ¡cordero asado!
Para nosotros, los creyentes en Jesús, la Pascua tiene un significado espiritual y no tiene nada que ver con comer o no comer carne. ¡Lo menos importante es lo que vas a comer durante esos días!
Con la sangre del cordero pintarían el marco de la puerta de la casa y todos los que estuvieran dentro de ella se salvarían del juicio de Dios.
Para nosotros, el Señor Jesús representa a ese cordero que fue sacrificado. El santo, justo y sin pecado fue a la muerte llevando nuestras maldades. Y sobre una cruz derramó su sangre para darnos vida y salvación.
¿Recuerdas el día que invitaste a Jesús a tu vida y le pediste perdón por tus pecados? (¿O aún no lo hiciste?) Desde ese mismo día, Dios te cubrió (pintó tu vida) con la sangre de Jesús y quedaste libre del juicio de la muerte eterna y del infierno ardiente. Dios no te salvó porque eres bueno, te portas bien y vas a la iglesia (porque ninguna de estas cosas te salvan). Él te salvó porque vio la sangre derramada de Jesús y esa sangre limpió tus pecados y te dio un corazón nuevo.
¡No es que Dios te haya pasado un trapo mojado con sangre! La sangre representa la vida. Ser limpiados con la sangre de Jesús significa que la propia vida resucitada y poderosa de Jesús borra tus pecados y entra en ti para darte vida nueva y eterna.
No recuerdes esto solamente una vez al año. Recuérdalo y valóralo todos los días de tu vida: ¡Soy salvo! ¡Soy perdonado! ¡Soy libre de la muerte y del infierno! ¡Estoy limpio por la sangre de Jesús! ¡Tengo su vida en mí! ¡Soy alguien nuevo!
Pero además de la pascua (celebrada el día 10), ¿qué más debían celebrar desde el día 14 hasta el 21? (12:14 al 20).
La levadura es una representación del pecado. Un poquito de levadura infla toda una masa. Un poquito de pecado arruina toda una vida. Jesús murió y resucitó para que no haya “levadura espiritual” en tu vida. No te infles con la maldad. Mantén tu corazón puro. Confiesa tu pecado y creé que Jesús te perdona y te limpia.

Extracto del libro: “Desafíos Para Jóvenes y Adolescentes: Éxodo/Levítico”

Por Edgardo Tosoni

.La llamada Semana Santa



Romanos 5: 10

“Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por su vida”.

En esta semana el mundo entero conmemora la muerte de Jesucristo el Hijo de Dios el cual vino a la tierra tomando forma de hombre y sin experimentar pecado murió por cada uno de nosotros para darnos vida eterna.

A esta semana en especial le llaman: “Semana Santa”, pero ¿Será que verdaderamente es una Semana Santa para nuestra vida?, en especial en esta semana todo mundo tiene vacaciones, las cuales utilizan para ir con la familia a la playa, a ciudades o pueblos a visitar a sus familiares o para simplemente descansar en casa, otras personas utilizan esta semana para ir de fiesta con sus amigos y realizar acciones que no tienen nada que ver con la santidad que debería reflejar esta llamada “Semana Santa”.

Lastimosamente en casi todos los países o por lo menos el mío es donde se incrementan en gran manera las muertes de personas que debido al alto consumo de alcohol o drogas se ven envueltos en diferentes accidentes automovilísticos o situaciones que le llevan a la muerte, los hospitales se llenan de personas que sufren cualquier clase de percance, las personas ahogadas en las playas aumentan y así un sinfín de situaciones que lejos de denotar santidad denota la falta de reconocimiento y temor que el hombre tiene de Dios.

Personalmente no celebro una semana especifica como “Semana Santa”, porque desde que conocí a Cristo he entendido que cada día, que cada semana, que cada mes o cada año tiene que ser lleno de santidad de mi parte hacia a Dios. Yo no puedo estipular una sola semana para consagrarme a Dios por lo hermoso que ha sido al dar su vida por mi, al contrario mi vida debería ser una ofrenda agradable a Dios en mi manera de vivir, demostrando con esto el agradecimiento que tengo al hecho de que Jesús dio su vida por mi.

Amado hermano, Dios no se merece solo una semana de agradecimiento o de consagración, al contrario el sacrificio que Jesús hizo por ti deberíamos de recordarlo a diario para evitar caer en el pecado y pisotear dicho sacrificio. Cada día de nuestra vida tendría que ser una razón mas para valorar el hecho de vivir en santidad, pues esa es la voluntad de Dios al salvar nuestra vida.

Es momento de reconocer que Dios anhela de mí una vida santa que no tiene que estar sujeta a una sola semana al año sino que a un modelo de vida que debo seguir tratando de imitar a Jesús. Te invito a que no dediques solo una semana a buscar de Dios o a tratar de vivir santamente, sino que cada día que te levantes puedas experimentar la misericordia de Dios y puedas reconocer que el sacrificio de Jesús en la cruz del calvario fue tan grande que no te alcanzaran los días de tu corta vida acá en la tierra para agradecer el precioso acto de amor que realizo por ti y por mi.

Que cada semana de nuestra vida sea una SEMANA SANTA dirigida especialmente para nuestro único y suficiente Salvador.

Autor: Enrique Monterroza

Escrito para: www.devocionaldiario.com