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domingo, 8 de abril de 2012

¡No tengo dinero!

“Y dije: No es bueno lo que hacéis. ¿No andaréis en el temor de vuestro Dios, para no ser oprobio de las naciones enemigas nuestras?”, Neh. 5:9
 
1-   No sólo debemos determinar parar el mal, sino que hay que hacer planes específicos para corregir el problema lo más pronto posible (v. 11): hacer planes para cambiar lo que debamos cambiar. Si queremos corregir la economía familiar debemos hacer las cosas que tenemos que hacer, sin importar si nos gusta o no
2-   Declare sus planes para la corrección del problema haciendo una promesa delante de Dios y establézcala firmemente
3-   Darnos cuenta de la seriedad de nuestra promesa (v. 13): haciéndolo podremos alabar a Dios con toda libertad y disfrutar de su gozo y paz
 Aplicaciones prácticas: 
Dios se agrada cuando manejamos nuestro dinero sabiamente
Un pecado personal prolongado hiere profundamente la obra del Señor, tus negocios y tu familia
Enfrentar el problema directamente es el primer paso para corregirlo
Cuando hacemos una promesa la corrección se lleva a cabo más efectivamente, preferiblemente una promesa pública; al hacerlo, nos vemos forzados a cumplirla
Si hay conflictos en su hogar o en sus negocios, ¿por qué persistir en hacer las cosas mal? Debemos hacer un cambio
Una situación similar a lo que sucede hoy en día la vemos en los versos 3, 4 y 5:
 v. 3, habían empeñado tierras, viñas y casas
v. 4, tomaron prestado y los intereses eran muy altos
v. 5, sus tierras eran de otros y hasta sus hijos eran tomados como esclavos
 Si somos de los que siempre andan diciendo: ¡No tengo dinero!, es un buen momento para meditar y actuar; hagamos las correcciones necesarias, prometamos a Dios hacer lo correcto y trabajemos para cumplir nuestra promesa.

 La perfecta voluntad de Dios es que seamos prosperados en todo (3ª Juan 2)

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