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domingo, 8 de abril de 2012

Los Frutos de la Perseverancia


 
Lectura: Lucas 8:1-21
En nuestra lectura hay diferentes tipos de personas. Sólo nos ocuparemos de dos de ellas.

En primer lugar, pensemos en las mujeres. Éstas habían sido sanadas por el Señor y su reacción fue servirle (vs. 2,3). Igual pasó con nosotros. Dios nos miraba así: “No hay en él cosa sana” (Is. 1:6). Mas, ¡qué gran verdad! En el Señor Jesús “fuimos nosotros curados” (Is. 53:5). ¿Nos mueve la gratitud a servirle?
En segundo lugar están los que oyen, retienen la palabra y dan fruto (v. 15). ¡Qué hermoso día aquel, en el cual oímos de Cristo y le retuvimos! Entró en nosotros un deseo muy grande de servirle, de darle algo. ¿Lo estamos haciendo hoy con el mismo ánimo? El Señor concluye que no debemos dar fruto sólo un día sino debemos darlo con “perseverancia” (v. 15). ¿Damos fruto para el Señor cada día?
Nuestra lectura termina de una forma hermosa. La madre del Señor y sus hermanos llegan a buscarle (v. 19), y ante todos dice: “Mi madre y mis hermanos son los que oyen la palabra de Dios, y la hacen.” ¿Puedo considerarme entre éstos?

Palabras Claves: Lucas 8:1-21, Perseverancia, Reflexiones Cristianas, Frutos, Reflexiones Cortas

¡No tengo dinero!

“Y dije: No es bueno lo que hacéis. ¿No andaréis en el temor de vuestro Dios, para no ser oprobio de las naciones enemigas nuestras?”, Neh. 5:9
 
1-   No sólo debemos determinar parar el mal, sino que hay que hacer planes específicos para corregir el problema lo más pronto posible (v. 11): hacer planes para cambiar lo que debamos cambiar. Si queremos corregir la economía familiar debemos hacer las cosas que tenemos que hacer, sin importar si nos gusta o no
2-   Declare sus planes para la corrección del problema haciendo una promesa delante de Dios y establézcala firmemente
3-   Darnos cuenta de la seriedad de nuestra promesa (v. 13): haciéndolo podremos alabar a Dios con toda libertad y disfrutar de su gozo y paz
 Aplicaciones prácticas: 
Dios se agrada cuando manejamos nuestro dinero sabiamente
Un pecado personal prolongado hiere profundamente la obra del Señor, tus negocios y tu familia
Enfrentar el problema directamente es el primer paso para corregirlo
Cuando hacemos una promesa la corrección se lleva a cabo más efectivamente, preferiblemente una promesa pública; al hacerlo, nos vemos forzados a cumplirla
Si hay conflictos en su hogar o en sus negocios, ¿por qué persistir en hacer las cosas mal? Debemos hacer un cambio
Una situación similar a lo que sucede hoy en día la vemos en los versos 3, 4 y 5:
 v. 3, habían empeñado tierras, viñas y casas
v. 4, tomaron prestado y los intereses eran muy altos
v. 5, sus tierras eran de otros y hasta sus hijos eran tomados como esclavos
 Si somos de los que siempre andan diciendo: ¡No tengo dinero!, es un buen momento para meditar y actuar; hagamos las correcciones necesarias, prometamos a Dios hacer lo correcto y trabajemos para cumplir nuestra promesa.

 La perfecta voluntad de Dios es que seamos prosperados en todo (3ª Juan 2)

“La Resurrección”

“No está aquí, sino que ha resucitado”, Luc. 24:6
 
 
 
Veamos lo que sucedió después de la crucifixión de Jesús:
Mar. 16: 1 y 2: unas mujeres valientes iban a ungir el cuerpo de Jesús
V. 3 y 4: ellas sabían que había una piedra; para estas mujeres iba a ser un poco difícil mover la piedra o conseguir a alguien que la moviera, pero siguieron caminando y al llegar encontraron que la piedra estaba removida; a pesar de los obstáculos o problemas, debemos seguir caminando en fe
V. 5: al llegar y ver el sepulcro abierto encontraron a un joven dentro
V. 6: el Señor sabía que esas mujeres valientes iban para allá y proveyó un ángel para que les anunciara que Él había resucitado. Hoy, nosotros somos los encargados de darle esa misma noticia a la humanidad
V. 7 y 8: habían visto un ángel del Señor, pero se fueron con temor y espanto y no decían nada a nadie. Juan 20 dice que les avisaron a los discípulos, pero a ellos les dijeron solamente que se habían llevado el cuerpo del Maestro, y Pedro y Juan corrieron al sepulcro. Uno de ellos llegó primero, pero no entró; después llegó Pedro y entró y vio los lienzos y el sudario en un rincón y dice que creyeron a la Escritura.
Juan 20:14, Jesús se aparece a María Magdalena y ella lloraba. Primero ella lo confunde con el hortelano. Jesús estaba ante ella y ella lloraba sin saber quién era Él. Hoy, muchos viven con el montón de problemas y sufrimientos, y Jesús junto a ellos sin saberlo
V. 16 y 17: Jesús la llama por su nombre y ella se da cuenta de quién es; le da un mandato para que vaya a avisarle a sus hermanos; pero mientras Jesús y María hablaban, algo estaba sucediendo sin que ella lo supiera: ver Mateo 27:50 – 53
Cristo muere en la cruz, pero ahí muere la humanidad de María; su espíritu descendió al corazón de la tierra (Ef. 4:8 – 10). Ahí estaban muchos esperando por Él, y cuando llega el momento se les presenta y les dice: “yo soy aquel de quien ustedes profetizaron”; y sale de ahí seguido por una multitud
Por eso Mateo 27 dice que se abrieron los sepulcros y se levantaron santos que habían dormido. Imagine la escena: ¿Cómo estaría la santa ciudad con esos visitantes? Salieron de los sepulcros después de la resurrección de Cristo, y vinieron a la santa ciudad y se aparecieron a muchos
Se levantaron los santos del Antiguo Testamento; pero pronto lo harán los santos del Nuevo Testamento. Pronto, las tumbas se abrirán y los muertos en Cristo resucitarán y nosotros, los que estemos vivos, seremos arrebatados.  
 
 FUERTE: www.reflexionescristianas.com

viernes, 6 de abril de 2012

Jovenes Cristianos – LA PASCUA

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Pasaje clave: Éxodo 11 y 12.


Faltaba muy poco para el gran día de la liberación. Ese sería un día muy especial y Dios quiso que fuese recordado por su pueblo. La fiesta que celebrarían para no olvidar se llamaría “La Pascua”.
La Pascua es una fiesta judía y ellos la celebran recordando su liberación de la esclavitud de Egipto. Fue el catolicismo quién inventó la tontería de que no se puede comer carne roja pero sí pescado. Los judíos se comieron un buen cordero, ¡y no fueron a pescarlo! Y si quisiéramos celebrarla tal cual como es tendríamos que comer verduras amargas, panes sin levaduras y ¡cordero asado!
Para nosotros, los creyentes en Jesús, la Pascua tiene un significado espiritual y no tiene nada que ver con comer o no comer carne. ¡Lo menos importante es lo que vas a comer durante esos días!
Con la sangre del cordero pintarían el marco de la puerta de la casa y todos los que estuvieran dentro de ella se salvarían del juicio de Dios.
Para nosotros, el Señor Jesús representa a ese cordero que fue sacrificado. El santo, justo y sin pecado fue a la muerte llevando nuestras maldades. Y sobre una cruz derramó su sangre para darnos vida y salvación.
¿Recuerdas el día que invitaste a Jesús a tu vida y le pediste perdón por tus pecados? (¿O aún no lo hiciste?) Desde ese mismo día, Dios te cubrió (pintó tu vida) con la sangre de Jesús y quedaste libre del juicio de la muerte eterna y del infierno ardiente. Dios no te salvó porque eres bueno, te portas bien y vas a la iglesia (porque ninguna de estas cosas te salvan). Él te salvó porque vio la sangre derramada de Jesús y esa sangre limpió tus pecados y te dio un corazón nuevo.
¡No es que Dios te haya pasado un trapo mojado con sangre! La sangre representa la vida. Ser limpiados con la sangre de Jesús significa que la propia vida resucitada y poderosa de Jesús borra tus pecados y entra en ti para darte vida nueva y eterna.
No recuerdes esto solamente una vez al año. Recuérdalo y valóralo todos los días de tu vida: ¡Soy salvo! ¡Soy perdonado! ¡Soy libre de la muerte y del infierno! ¡Estoy limpio por la sangre de Jesús! ¡Tengo su vida en mí! ¡Soy alguien nuevo!
Pero además de la pascua (celebrada el día 10), ¿qué más debían celebrar desde el día 14 hasta el 21? (12:14 al 20).
La levadura es una representación del pecado. Un poquito de levadura infla toda una masa. Un poquito de pecado arruina toda una vida. Jesús murió y resucitó para que no haya “levadura espiritual” en tu vida. No te infles con la maldad. Mantén tu corazón puro. Confiesa tu pecado y creé que Jesús te perdona y te limpia.

Extracto del libro: “Desafíos Para Jóvenes y Adolescentes: Éxodo/Levítico”

Por Edgardo Tosoni

.La llamada Semana Santa



Romanos 5: 10

“Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por su vida”.

En esta semana el mundo entero conmemora la muerte de Jesucristo el Hijo de Dios el cual vino a la tierra tomando forma de hombre y sin experimentar pecado murió por cada uno de nosotros para darnos vida eterna.

A esta semana en especial le llaman: “Semana Santa”, pero ¿Será que verdaderamente es una Semana Santa para nuestra vida?, en especial en esta semana todo mundo tiene vacaciones, las cuales utilizan para ir con la familia a la playa, a ciudades o pueblos a visitar a sus familiares o para simplemente descansar en casa, otras personas utilizan esta semana para ir de fiesta con sus amigos y realizar acciones que no tienen nada que ver con la santidad que debería reflejar esta llamada “Semana Santa”.

Lastimosamente en casi todos los países o por lo menos el mío es donde se incrementan en gran manera las muertes de personas que debido al alto consumo de alcohol o drogas se ven envueltos en diferentes accidentes automovilísticos o situaciones que le llevan a la muerte, los hospitales se llenan de personas que sufren cualquier clase de percance, las personas ahogadas en las playas aumentan y así un sinfín de situaciones que lejos de denotar santidad denota la falta de reconocimiento y temor que el hombre tiene de Dios.

Personalmente no celebro una semana especifica como “Semana Santa”, porque desde que conocí a Cristo he entendido que cada día, que cada semana, que cada mes o cada año tiene que ser lleno de santidad de mi parte hacia a Dios. Yo no puedo estipular una sola semana para consagrarme a Dios por lo hermoso que ha sido al dar su vida por mi, al contrario mi vida debería ser una ofrenda agradable a Dios en mi manera de vivir, demostrando con esto el agradecimiento que tengo al hecho de que Jesús dio su vida por mi.

Amado hermano, Dios no se merece solo una semana de agradecimiento o de consagración, al contrario el sacrificio que Jesús hizo por ti deberíamos de recordarlo a diario para evitar caer en el pecado y pisotear dicho sacrificio. Cada día de nuestra vida tendría que ser una razón mas para valorar el hecho de vivir en santidad, pues esa es la voluntad de Dios al salvar nuestra vida.

Es momento de reconocer que Dios anhela de mí una vida santa que no tiene que estar sujeta a una sola semana al año sino que a un modelo de vida que debo seguir tratando de imitar a Jesús. Te invito a que no dediques solo una semana a buscar de Dios o a tratar de vivir santamente, sino que cada día que te levantes puedas experimentar la misericordia de Dios y puedas reconocer que el sacrificio de Jesús en la cruz del calvario fue tan grande que no te alcanzaran los días de tu corta vida acá en la tierra para agradecer el precioso acto de amor que realizo por ti y por mi.

Que cada semana de nuestra vida sea una SEMANA SANTA dirigida especialmente para nuestro único y suficiente Salvador.

Autor: Enrique Monterroza

Escrito para: www.devocionaldiario.com

Su fe provocó un milagro

Pero una mujer que desde hacía doce años padecía de flujo de sangre, y había sufrido mucho de muchos médicos, y gastado todo lo que tenía, y nada había aprovechado, antes le iba peor, cuando oyó hablar de Jesús, vino por detrás entre la multitud, y tocó su manto. Porque decía: Si tocare tan solamente su manto, seré salva. Y en seguida la fuente de su sangre se secó; y sintió en el cuerpo que estaba sana de aquel azote”. Marcos 5:25-29

El milagro original no era para ella, sino para la hija de Jairo. Sin embargo, para aquella mujer, Jesús era su única y última esperanza. Sin salud, dinero, ni amigos; con la condición de ser inmunda y enajenada del mundo en que vivía, de las personas que la rodeaban.
Su corazón reclamaba a gritos, ella necesitaba que algo pasara. Estaba cansada y afligida vivir así. Entonces acudió y utilizó su último recurso: LA ESPERANZA. Ella se movió con una fe superior a sus fuerzas y circunstancias. Realmente su panorama era triste y desesperante, pero ella no se concentró ni en sus limitaciones, ni en los impedimentos que había alrededor de ella. Ella creyó en un poder superior, ella vio una oportunidad de que su problema fuera resuelto de una vez y por todas.
Por tal razón no le importó ni la multitud, ni lo difícil que parecía que lograra lo que se había propuesto. Persiguió a Jesús como lo que era, el único que la podía salvar. Aquella mujer pensó: “si logro aunque sea tocar el borde de su manto, estoy segura de que algo pasará, todo será diferente”.
Yo no sé cuántas cosas pasaron ese día intentando que la fe de esta mujer se desvaneciera. Tal vez hubo una montaña de circunstancias, quizás surgieron muchas dudas en su mente que quisieron frenarla para que no lograra alcanzar lo que su corazón tanto deseaba. Solo sé que no se rindió y que por no rendirse, provocó que saliera virtud del Maestro Jesús y quedará sana instantáneamente de ese azote que por tantos años había llevado.
Pueden ser tantas las ocasiones en que pudiéramos sentirnos en un punto donde pensamos que si no ocurre algo pronto, sencillamente no podremos continuar. Donde sentimos carecer de las fuerzas necesarias para seguir luchando. Es posible que los ojos de muchos estén puestos sobre nosotros. Que algunos esperan vernos caer o tropezar para señalarnos. Pero el Precioso de Israel, nunca nos dejará ni nos desamparará.
HAZ QUE TU FE PROVOQUE UN MILAGRO, QUE TU CORAZÓN SINCERO Y SENCILLO LO CONMUEVA. ADÓRALE MAS ALLÁ DE TUS CIRCUNSTANCIAS Y DE LO QUE VES. ÉL SIGUE SIENDO DIOS, SIGUE ESTANDO AHÍ PARA TI.
Esta mujer no recibió solo la sanidad que su cuerpo tanto anhelaba, sino que algo aún mucho más importante, la salvación de su alma que necesitaba descanso y refrigerio. Su acto tuvo que conmover a aquella multitud que la rodeaba, porque ese milagro fue escrito en la Biblia y relatado por diferentes personas. Y aún su historia, a pesar de los años que han pasado, sigue inspirándonos y motivando nuestra fe.
Quizás llevas orando mucho tiempo y aún no ves los resultados. ¡NO DESESPERES, DIOS TE ESTÁ ESCUCHANDO Y A SU TIEMPO OBRARÁ! Nuestro reloj no marca las horas igual que las de él. Pero algo puedo decirte porque Él me lo ha enseñado y demostrado: AUNQUE TÚ PIENSES Y SIENTAS QUE NO PODRÁS SOPORTAR MÁS EL DOLOR Y LA ESPERA, ÉL TE DARÁ LAS FUERZAS PARA QUE PUEDAS LLEGAR HASTA EL LUGAR DONDE LOGRARÁS ENCONTRAR TU PROPÓSITO EN ÉL. DA UN PASO MÁS, Y OTRO Y OTRO MÁS…
PORQUE UN DÍA ABRIRÁS TUS OJOS Y VERÁS LO QUE POR TANTO TIEMPO HAS ESTADO ESPERANDO.

Fuente: Brendaliz Aviles

jueves, 5 de abril de 2012

GRAN RIFA VENEFICAS PARA EL DIAS DE LA MADRES

ZUDUSA PRESENTA GRAN RIFA PARA EL DIAS DE LA MADRES DOMINCANAS






Cuántos días estuvo Jesús muerto en la tumba?


Partiendo del día tradicionalmente aceptado por el cristianismo cuando murió Jesús, es decir un Viernes por la tarde, tengo mucha dificultad en ver que Jesús hubiera permanecido en la tumba tres días y tres noches, hasta que resucitó, como era necesario según la Escritura en Mateo 12:40. ¿Podrían explicarme como se ubican los tres días y las tres noches entre la tarde de un viernes y la mañana de un domingo?
Comencemos por leer el texto citado por Usted en Mateo 12:40 donde dice: “Porque como estuvo Jonás en el vientre del gran pez tres días y tres noches, así estará el Hijo del Hombre en el corazón de la tierra tres días y tres noches”

De aquí sabemos entonces que es absolutamente necesario que Jesús permanezca en la tumba no necesariamente 72 horas sino tres días o parte de ellos y tres noches o parte de ellas.

Tratemos ahora de ver si entre la tarde del viernes y la mañana del domingo existen tres días o parte de ellos y tres noches o parte de ellas.
Bueno, efectivamente existen tres días o parte de ellos. A saber, la parte del Viernes, después de la muerte de Jesús, el sábado y la parte del domingo antes de la resurrección de Jesús.

Donde hay problemas es en cuanto a las tres noches. Solamente está la noche del viernes y la noche del sábado, porque para la noche del domingo Jesús ya había resucitado. No hay manera posible de ubicar tres noches o parte de ellas entre viernes por la tarde y domingo por la mañana.

Pero no hace falta hacerlo, porque un cuidadoso examen de los eventos en la semana de la pasión mostrará que Jesús murió un Jueves por la tarde, no un viernes por la tarde. Entonces los tres días que estuvo en el corazón de la tierra son la parte de ese jueves, el viernes y el sábado.

Jesús debió haber resucitado justo antes que comience el día domingo. Las tres noches corresponden a la noche del jueves, la noche del viernes y la noche del sábado.
Seguramente Usted querrá pruebas que apoyan que Jesús murió la tarde de un Jueves. Bueno, considere esta. Vamos a leer Juan 19:14 donde dice: “Era la preparación de la pascua, y como la hora sexta. Entonces dijo a los judíos: ¡He aquí vuestro rey!”

La pascua era la principal fiesta de los judíos y se celebraba el 14 del mes de Nisán. En el año que murió Jesús, el 14 de Nisán cayó un día Jueves. En este día se sacrificaba el cordero pascual y se lo comía al anochecer, es decir al comienzo del 15 de Nisán.

Recuerde que para los judíos, el día comenzaba a las seis de la tarde y terminaba a la seis de la tarde del día siguiente. El 15 de Nisán era el primer día de la fiesta de los panes sin levadura, fiesta que duraba siete días. Este día era un día de reposo de gran solemnidad, donde no se podía hacer trabajo alguno.

Es a este día el que hace referencia Juan 19:31 donde dice: “Entonces los judíos, por cuanto era la preparación de la pascua, a fin de que los cuerpos no quedasen en la cruz en el día de reposo (pues aquel día de reposo era de gran solemnidad), rogaron a Pilato que se les quebrasen las piernas, y fuesen quitados de allí”

Este día de reposo de gran solemnidad es el 15 de Nisán, el primer día de la fiesta de los panes sin levadura. Este día fue el viernes de la semana de la pasión. Luego llegó el 16 de Nisán, que también era día de reposo, por cuanto era el séptimo día de la semana. La primera oportunidad que tuvieron las mujeres para ir al sepulcro fue al amanecer del primer día de la semana como efectivamente lo hicieron. Para entonces Jesús ya había resucitado cumpliendo la Escritura en cuanto a que debía estar en el corazón de la tierra tres días y tres noches.

FUENTE: http://www.sitiodeesperanza.com