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viernes, 29 de junio de 2012


Y luego el Espíritu le impulsó al desierto. Y estuvo allí en el desierto cuarenta días, y era tentado por Satanás, y estaba con las fieras; y los ángeles le servían.


Marcos 1:12-13




Confiemos - “Y luego el Espíritu le impulsó al desierto.”

Los que somos Hijos de Dios, somos impulsados por su Espíritu. Somos como una barca sin remos en alta mar, impulsados únicamente por el viento. Nuestro destino es seguro, nada podemos hacer para cambiar el rumbo, Jesús murió por nosotros. “Todo lo que el Padre me da, vendrá a mí; y al que a mí viene, no le echo fuera” “Y esta es la voluntad del Padre, el que me envió: Que de todo lo que me diere, no pierda yo nada, sino que lo resucite en el día postrero” Gracias a Dios por esta bendición, no existe nada que pueda hacer para salirme del camino.


La prueba – “Y estuvo allí en el desierto cuarenta días,”

No nos engañemos, el camino no será fácil. Tendremos periodos de pruebas. Nos sentiremos solos, aunque no sea así. Sentiremos estar en un desierto sin agua abandonados, sin nadie alrededor para que nos ayude. No será fácil y será cansado. Pero debemos seguir tenemos nuestro destino asegurado porque Jesús dice: “Que de todo lo que me diere, no pierda yo nada, sino que lo resucite en el día postrero”


La tentación - “, y era tentado por Satanás, y estaba con las fieras”

Nuestra barca será impulsada a diferentes tentaciones, nosotros no tenemos el control pues es el viento (Espíritu) el que nos impulsa. Así que la tentación no es en sí mala. Al contrario es una muestra de que realmente somos hijos de Dios y vamos por el buen camino. Cuando no éramos guiados por el viento y teníamos control de nuestro viaje, no existía tal tentación hacíamos lo que queríamos. Pero ahora somos impulsados al desierto no porque lo deseemos; ¿por qué quién quiere ser tentado? Pero si vamos contentos porque pronto veremos como ese viento que nos impulso al desierto, nos impulsará muy lejos, con mucha más fortaleza y confianza. Porque “fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar.” Acercándonos más y más a nuestro destino.


No estas sólo – “y los ángeles le servían”

“Y oró Eliseo, y dijo: Te ruego, oh Jehová, que abras sus ojos para que vea. Entonces Jehová abrió los ojos del criado, y miró; y he aquí que el monte estaba lleno de gente de a caballo, y de carros de fuego alrededor de Eliseo.”


Somos más ciegos de lo que creemos. Algunos dicen que pueden ver. Yo digo gracias Señor por estar ciego, porque de esta manera me dejo guiar por tu Espíritu. Porque es verdad, el que tiene vista no necesita ser guiado. Pero nosotros los ciegos necesitamos de tu guía. Necesitamos de tu impulso.

No existe, nada en este mundo que se oponga contra la voluntad de Dios. No hay sabiduría, no inteligencia, ni nada que puede ir en contra del plan de Dios. Cuando Dios quiera simplemente se hará, nadie se opondrá porque el es Todopoderoso.  “Y luego el Espíritu le impulsó al desierto.”

Le pediré a Dios que sean impulsados por Él. Que los guié al destino de la salvación.



Dios te bendiga, quedo a sus órdenes.
Alejandro Cunillé Fuentes
choco_2001@hotmail.com
https://www.facebook.com/alejandro.cunille

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