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domingo, 1 de abril de 2012

¿De qué te quejas?

 
“Habían olvidado de traer pan, y no tenían sino un pan consigo en la barca. Y él les mandó, diciendo: Mirad, guardaos de la levadura de los fariseos, y de la levadura de Herodes.” Marcos 8:14-15
Religión y política. Esto es lo que representa los fariseos y Herodes. Pero no sólo eso simbolizan estas figuras, sino encarnan lo que el pueblo reprueba. Todo aquello de lo que se quejaban.
La mayoría de las personas se quejaban de los fariseos, era evidente su orgullo y su búsqueda de gloria; y sobre todo su hipocresía. Ellos decían preocuparse mucho por cumplir todas las leyes y tradiciones religiosas pero la realidad es que no era así, y no sólo eso sino que condenaban a los que no lo hacían.
No sólo de los religiosos había quejas, sino también de la manera de gobernar de Herodes. En los evangelios nos podemos encontrar con dos Herodes. EL primero es Herodes el Grande, este fue el que mandó matar a los niños menores de dos años. El segundo era Herodes Antipas, este es el que era acusado de adultero por Juan el Bautista. Por tal acusación, que por cierto era cierta, Juan fue degollado. El pueblo judío no estaba conforme con la manera de gobernar de este asesino y déspota.
Jesús dice tengan cuidado no hagan caso de sus enseñanzas.
El Maestro aprovecha la ocasión para una enseñanza, ya que sus alumnos habían olvidado traer pan, por eso usa la metáfora de la levadura. El evangelio de Mateo nos deja libres de cualquier duda y nos dice cuídense de la escuela de los religiosos y del gobierno. Es decir una escuela de quejas.
Religión y política, muchos se quejaban de esto. Hoy en día nos seguimos quejando de la gente que lleva una falsa religiosidad y de los gobiernos abusivos, son unos rateros, se creen santurrones pero son de lo pero, son unos déspotas, unos asesinos, los religiosos lucran con Dios, no ayudan a los pobres, se la pasan señalando nuestros errores… quejas, quejas y más quejas.
Guardaos de esta doctrina, dice el Maestro a sus discípulos. Pedro, Juan, de todo eso que se quejan, uds. no lo hagan. Santiago, Tomás, de todo eso que uds. ven que esta mal, guardaos, es decir no lo hagan.
¿Y tú de qué te quejas?

Enviado por Alejandro Cunillé Fuentes

¿En qué estado está tu corazón?


 
El Señor no mira lo que mira el hombre;pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero el Señor mira el corazón. 1 Samuel 16:7.
Un enfermo que pasó por una grave operación cardiaca contó: –Parecía estar bien de salud. Exteriormente todo iba bien, pero sin que lo supiera, estaba aquejado de una grave enfermedad, un aneurisma.

En lo concerniente a nuestra salud, nuestra apariencia puede engañarnos y hacernos peligrar. Esto también es cierto en la esfera espiritual y moral, pero tiene consecuencias mucho más graves. A los que nos rodean podemos parecerles una persona respetable, podemos gozar de buena reputación y tener una excelente opinión de nosotros mismos. Sin embargo Dios no nos juzga según nuestra propia opinión o la de la gente que nos conoce. Sondea nuestro corazón y lo declara incurable a causa del pecado. “Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá? Yo el Señor, que escudriño la mente, que pruebo el corazón” (Jeremías 17:9-10).

¿No hay, pues, ninguna esperanza de cura para el gran mal del pecado? Demos gracias a Dios: el que nos declara incurables también nos dice: “Venid luego… si vuestros pecados fueren… rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana” (Isaías 1:18). Aceptemos el remedio prescrito por el divino médico: “Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo” (Hechos 16:31). Sólo Jesús salva al pecador mediante su obra cumplida en la cruz: “En ningún otro hay salvación” (Hechos 4:12). “El Señor encamine vuestros corazones al amor de Dios, y a la paciencia de Cristo” (2 Tesalonicenses 3:5).

Fuente: Reflexiones Cristianas

sábado, 31 de marzo de 2012

Portadores de Uncion.: "DELANTE DE JEHOVÁ"

Portadores de Uncion.: "DELANTE DE JEHOVÁ":   Q uizas recuerden aquel episodio de la vida de David en que trataba de traer el arca o cofre del pacto a Jerusalen. Cuando David entro en...

Portadores de Uncion.: "PROMESA INDELEBLE"

Portadores de Uncion.: "PROMESA INDELEBLE":   MENSAJE  BREVE:  Estuve leyendo esta historia y creo que este es el mensaje que me dejo, por eso decidí escribirlo. Esta es la historia ...

Portadores de Uncion.: "GUIADOS POR LA PRESENCIA"

Portadores de Uncion.: "GUIADOS POR LA PRESENCIA": EXODO 13:21-22   21   Y Jehová iba delante de ellos de día en una columna de nube para guiarlos por el camino, y de noche en una columna de ...

El juez y el preso


Un juez iba a liberar a un preso de la cárcel, por lo que hizo pasar a uno por uno a una “entrevista” con el para ver quien merecía ser liberado. Al preguntar al primero por que estaba allí este dijo: – “Estoy aquí porque me calumniaron y me acusaron injustamente” Llamó al segundo y este contestó:
- “Estoy aquí porque dicen que robé, pero es mentira”
De esta forma fueron pasando todos los presos y se declaraban inocentes. Hasta que llegó el último quien dijo:
- “Estoy aquí porque maté un hombre. Hirió a mi familia y perdí el control y por eso lo maté. Pero hoy me doy cuenta de que lo que hice estuvo mal y estoy muy arrepentido”
El juez se levantó y dijo:
-Voy a liberar a este último preso.
Todos se quedaron perplejos y dijeron. Pero ¿por qué lo vas liberar a él?
El juez contestó:
- El castigo es para los que esconden su falta. La misericordia para los que
reconocen su falta y se arrepienten.
Proverbios 28:13 “El que encubre sus pecados, no prosperará: Más el que los confiesa y se aparta, alcanzará misericordia.”

Fuente: Devocionales Cristianos

Tus hijos son tu herencia, disfrútalos!

Si tus hijos son un regalo de Dios , porque no los disfrutas? Hay muchos padres de familia que maltratan a sus hijos; con sus palabras dicen una cosa pero con sus hechos niegan aquello que dicen. Cuando vas a empezar a tratar a tus hijos como lo que realmente son, la herencia que Dios te ha dado.
Salmos 127:3 He aquí, herencia de Jehová son los hijos; Cosa de estima el fruto del vientre.
Cuando una persona recibe una herencia tiene dos opciónes o proyectarse a hacer cosas que le aprovechen a el, su familia y sociedad o simplemente maltratarla. Esto es lo que muchos padres han hecho , no le han prestado atención a la herencia tan grande que Dios les ha dado como lo son los hijos; quizas como padre o madre de familia no has aprovechado bien el tiempo para con ellos, ya que no les has dedicado la atención que se merecen, la comprensión que necesitan y el amor que tanto anhelan.
Cuán difícil es ver muchas escenas en donde los padres insultan a sus hijos, les dicen malas palabras, les comparan con animales o con otras personas y en vez de disfrutar a esos hijos que hoy estan con ellos pero que un dia han de irse de casa; los desprecian y maltratan la herencia que Dios les dio.
Si eres padre de familia o si no lo eres este mensaje es para que lo tengas presente en tu desenvolvimiento como tal; los hijos salen de ti mismo y nunca nadie se odio, maltrato, se desprecio, se insulto a si mismo; y si no lo haces contigo porque lo haces con tus hijos? y si te gusta que te traten bien porque tratas mal a tus hijos? y si realmente los amas porque vives insultandolos y hablandoles de forma altanera y grosera?
Este es el dia y esta es la hora de empezar de nuevo, si Dios ha permitido que leas este mensaje es porque anhela que la relación con tus hijos mejore de modo que ya no desprestigies la herencia que Dios te ha dado como lo son tus hijos, sino que de aqui en adelante aprendas a disfrutarlos, a amarlos, a valorarlos, a darles comprension, afecto, ternura, aceptación ; entendiendo que un dia fuiste hijo y necesitaste de lo que ellos hoy necesitan; y quizas a ti te trataron de la misma manera que los estas tratando a ellos pero, dejame decirte que esa maldicion de hacer lo mismo que te hicieron a ti se corta cuando le das lugar a la palabra de Dios la cual hace verdaderamente libre al que la recibe.
Por ello padre o madre de familia es tiempo de que hagas un alto y no esperes a que sea demasiado tarde, para entonces querer darle afecto y comprension a tus hijos; recuerdo hace un tiempo lo que una persona me testificaba que sus padres luego de cerca de veinticinco años que pasaron se le acercaron queriendo darle aquello que ella cuando niña necesito y realmente ya era muy tarde para volver el tiempo atrás.
Quizas no habias estado desempeñando tu papel como padre en su plenitud y habias tenido en poco la herencia que Dios te ha dado como lo son tus hijos pero, si en este momento anhelas poder recibir la guia y fuerza para ser un mejor padre que tal si oras con nosotros.
Padre nuestro que estas en los cielos en este momento vengo a ti y me arrepiento de mi mala forma de tratar a mis hijos, perdoname por cada insulto, palabra ofensiva, heridas y golpes que les he causado; me rindo a ti y te pido que tomes el control de mi caracter y personalidad y me ayudes a entender que mis hijos son la herencia que tu me has dado, en el Nombre Poderoso de Jesús… Amén.


Fuente: Cristo Cambia

¿Echó usted el ancla?


El ancla es un instrumento metálico, compuesto por una barra y dos uñas o más, que permanece colgado de una cadena. El marinero la echa en el agua para impedir que el barco salga a la deriva.
La seguridad que proporciona depende de la naturaleza del fondo en el cual está aferrada y de la solidez de la cadena. Se toman todas las precauciones para que pueda resistir, si fuera necesario, a un mar enfurecido. Generalmente un barco posee varias anclas. Una de ellas, la más fuerte, que sólo se utiliza en casos extremos, se llamaba en otros tiempos el ancla de la misericordia o de la salvación.
El ancla, con sus caracteres de seguridad y firmeza, es una hermosa imagen de la esperanza del creyente, fundada en Jesucristo. Nos mantiene unidos a Dios mismo, a la roca de su inmutable fidelidad. Para el creyente es un poderoso consuelo el saber que está ligado para siempre a Cristo, quien después de cumplida la obra de la cruz, entró al cielo donde se halla como nuestro “precursor” (Hebreos 6:20).
?Precursor? era el muy significativo nombre que se le daba a una pequeña lancha que, al desprenderse del navío, llevaba el ancla a un lugar seguro, en el puerto por ejemplo, para garantizar la seguridad de la tripulación. Representa lo que Jesús es espiritualmente para nosotros. Él fue el primero en entrar a la misma presencia de Dios para prepararnos lugar y, como la invisible cadena del ancla, nuestra fe nos une a él.
Hemos acudido para asirnos de la esperanza puesta delante de nosotros. La cual tenemos como segura y firme ancla del alma, y que penetra hasta dentro del velo, donde Jesús entró por nosotros como precursor. Hebreos 6:18-20.


Fuente: Sitio de Esperanza