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martes, 6 de septiembre de 2011

LA CARTA DEL CAMIONERO

La Montaña Steamboat era un asesino y los camioneros que avanzaban por la carretera de Alaska le tenían un gran respeto. Sobre todo en el invierno, el camino quedaba inutilizado cubierto de nieve. Incontables camiones y camioneros se han perdido allí en los últimos años y muchos sueños se desvanecieron en sus laderas rocosas.
Hace muchos años, en un viaje por la carretera, me encontré con un accidente varios restos de un camión esparcidos hasta el acantilado. Aparqué mi equipo y se acercó al grupo de los camioneros que estaban viendo los restos del camión.
Uno de los policías montados se acercó a nosotros y habló en voz baja. “Lo siento”, dijo. “El conductor estaba muerto cuando lo encontramos. Tiene que haberse ido por la borda, hace dos días cuando tuvimos una tormenta de nieve mal. No había muchas pistas. Fue sólo una casualidad que nos dimos cuenta porque el sol brilló en ese lugar”.
Él movió lentamente la cabeza y metió la mano en el bolsillo de su parka. “Aquí, tal vez ustedes deberían leer esto. Supongo que vivió un par de horas hasta que el frío llegó a él.”
” Mi querida esposa,
Esta es una carta que ningún hombre quiere escribir, pero tengo la suerte de tener algo de tiempo para decir lo que me he olvidado decirte muchas veces.
Te quiero, cariño.
Pasé más tiempo con este camión que contigo. Me encanta esta pieza de hierro – que ha sido buena para mí. Ella me ha visto a través de los tiempos, mis estados de ánimos y por momentos difíciles y siempre podía contar con ella en un largo plazo. Ella nunca me ha defraudado.
¿Pero, quieres saber algo? Te amo por las mismas razones. Me haz visto a través de los tiempos difíciles y lugares, también.
¿Recuerdas el primer camión? El que nos mantuvo todo el tiempo hasta que se rompió, siempre se hacía el suficiente dinero pero solamente para comer. Tú saliste y conseguiste un trabajo para que pudiéramos pagar el alquiler y las facturas. Cada centavo que yo hice fue para el camión, mientras que el dinero que tú ganabas nos mantuvo en la comida con un techo sobre nuestras cabezas.
Recuerdo que me quejaba del camión, pero no recuerdo que te quejaras cuando llegasbas a casa cansada del trabajo y te pedí dinero para ir en el camión otra vez. Si te quejabas, supongo que nunca me enteré. Yo estaba demasiado ocupado con mis problemas como para pensar en los tuyos.
Pienso ahora en todas las cosas que hiciste por mí. La ropa, las vacaciones, las fiestas, los amigos. Nunca te quejaste y de alguna manera nunca me acordé de darte las gracias por ser como eres.
Cuando me sentaba a tomar café con los muchachos, yo siempre hablaba de la camioneta, mi equipo, mis pagos. Supongo que me olvidé de que eras mi socia, incluso si no estabas en la cabina conmigo. Fue tu sacrificio y la determinación tanto como el mío, el que finalmente consiguió el camión nuevo. Yo estaba tan orgulloso de ese camión. Yo estaba orgulloso de ti también, pero nunca te lo dije. Yo daba por supuesto que lo sabías, pero si me hubiera dedicado tanto tiempo a hablar con ustedes como lo hice con el camión, tal vez lo sabrías.
Siempre supe que iba con tus oraciones. Pero esta vez no fueron suficientes. Estoy herido y es malo. He hecho mi última milla y quiero decir las cosas que debería haberte dicho tantas veces antes. Las cosas que estaban olvidadas porque estaba muy preocupado por el camión y el trabajo. Estoy pensando en los aniversarios y cumpleaños que perdí. Los juegos de la escuela y los juegos de hockey que fuiste a solas, porque yo estaba en el camino.
Estoy pensando en la tranquilidad de saber que tenía conocimiento de que estaban en casa con los niños, esperando por mí. Las cenas de la familia en la que pasaste todo tu tiempo diciéndole a la gente por qué no podía hacerlo – Yo estaba ocupado cambiando el aceite, yo estaba ocupado en busca de partes, yo estaba durmiendo porque me iba temprano a la mañana siguiente.
Siempre había una razón, pero de alguna manera no parecía muy importante en estos momentos.
Cuando nos casamos, no sabías cómo cambiar una bombilla. Dentro de un par de años, sabías cambiar el horno en una tormenta de nieve mientras yo estaba esperando una carga en Florida. Te convertiste en una mecánica bastante buena, me ayudabas con las reparaciones y yo estaba muy orgulloso.
Yo estaba orgulloso de que cuando entré en el patio y te vi durmiendo en el coche esperando por mí. Si eran las dos de la mañana o dos de la tarde, siempre parecías una estrella de cine para mí. Eres hermosa, sabes. Supongo que no te lo he dicho últimamente, pero lo eres.
Yo cometí muchos errores en mi vida, pero sólo he tomado una buena decisión, fue entonces que te pedí que te casaras conmigo. No podía entender qué era lo que me mantenía en la carretera. Podía o no, pero era mi forma de vida y se me quedó grabada. Buenos tiempos, malos tiempos, que siempre estuvieron ahí.
Te amo mi amor, y amo a nuestros hijos.
Mi cuerpo me duele, pero me duele el corazón aún más. No va a estar ahí cuando termine este viaje. Por primera vez desde que estamos juntos, yo estoy solo y me da miedo. Te necesito, estoy tan mal pero sé que es demasiado tarde.
Es curioso, supongo, pero lo que tengo ahora es el camión. Este camión maldito que gobernó nuestra vida por tanto tiempo. Este trozo de acero trenzado que he vivido tantos años.
Estás a miles de kilómetros de distancia, pero te siento aquí conmigo. Puedo ver tu cara y sentir tu amor y tengo miedo de hacer la última vuelta solo.
Dile a los niños que los amo mucho y no los dejes conducir cualquier vehículo en la vida.
Supongo que eso es todo. Dios mío, pero Te amo tanto. Cuídate y recuerda siempre que yo te he amado más que a nada en la vida.
Sólo que me olvidé decirte: Te amo
Bill”
Fuente: Gods Little Acre
Traducido por poderypaz.com

viernes, 2 de septiembre de 2011

¿QUIEN ES MI VERDADERO ESTORBO?



Alguna vez te has preguntado ¿quien es el estorbo de nuestra vida?. Tal vez has creído durante muchos años que ha sido “el diablo”, o la suegra, o la familia, o el jefe, o el clima, o el estudio, o bien, el dinero que no tenemos.. pero la verdad es que el mayor estorbo de nuestra vida hemos sido nosotros mismos.
Cada uno es el responsable de que las cosas no sucedan, sea porque no trabajamos duro, no estudiamos, no creemos, no oramos, no confiamos.. en fin, no hacemos lo que tenemos que hacer,  por pereza o por las razones que nos hemos dicho por años.
¿Hasta cuando vamos a hacer nuestro mayor estorbo? ¿Cuando será el día que no digamos las cosas, sino las hagamos? ¿Que tiempo será necesario para cambiar?….
Dejemos de buscar culpables y señalar a los demás, o de espiritualizar nuestro fracaso. Seamos responsables y hagamos a un lado el estorbo que tanto nos ha dañado,  nuestra forma de actuar y de pensar..

www.poderypaz.com

HAZ ALGO CON NADA



“Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios, aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos” Efesios 5:15-16
Un aviso en el periódico mostraba a tres personas esperando un autobús urbano. Dos de ellas se veían aburridas y apáticas, mientras que la tercera estaba jugando feliz con un aparatito electrónico. «Haga algo con su nada -decía el anuncio-. Ese tiempo de nada. El tiempo entre todo lo demás que usted tiene que hacer». La idea era vender el juguete portátil para que las personas pudieran usar todos esos segmentos desperdiciados de tiempo «de espera».
Sospecho que muchos de nosotros ya usamos constructivamente aquellos pequeños incrementos de tiempo de espera para leer algún libro, memorizar algún versículo u orar por algún amigo. Son nuestros periodos de espera más largos llenos de incertidumbre e indecisión los que pueden dejarnos angustiados y frustrados.
Pablo desafió a los cristianos en Éfeso a «mira[r], pues, con diligencia cómo and[amos], no como necios sino como sabios, aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos» (Efesios 5:15-16). El erudito en griego Kenneth Wuest sugiere que esto se refiere al tiempo en sus «temporadas estratégicas y oportunas», y significa «hacer un uso sabio y sagrado de cada oportunidad para hacer el bien».
Durante dichas temporadas cuando nos preguntamos, «¿cómo llegué aquí y cuándo podré salir?», lo mejor es buscar nuestras oportunidades dadas por Dios en vez de centrarnos en los obstáculos. Esa es la manera de hacer algo con nuestro nada.__ DCM
Fuente: Nuestro Pan Diario

viernes, 26 de agosto de 2011

EL MEJOR PEGAMENTO DEL MUNDO


Se cuenta la historia de una señora que leyó en una revista el anuncio del mejor pegamento que jamás había salido al mercado. Al parecer dicho pegamento tenía todas las propiedades para arreglar cualquier cosa que estuviera rota. Emocionada por la noticia la dama solicitó la muestra gratis que se ofrecía con la idea de probar el pegamento y luego adquirir algunas botellas del mismo.
Varios días más tarde llegó a vuelta de correo un sobre en el cual se encontraba la muestra solicitada. Cuando la dama lo abrió una expresión de sorpresa se dibujó en su rostro. Ella esperaba encontrar un tubo con la pega, pero en su lugar había una tarjeta con un dibujo de un corazón roto y la siguiente leyenda: “El mejor pegamento para unir cualquier cosa rota es el PERDÓN”.
Aunque la dama de nuestra historia se sintió chasqueada, el mensaje que contenía la tarjeta representa una de las más grandes verdades que se pueden expresar en lo que a relaciones humanas respecta. Todos de una forma u otra ofendemos y decimos o hacemos cosas que causan dolor, irritación e incomodidad a otros. En el círculo familiar es posiblemente el lugar donde con más frecuencia suceden estos inconvenientes porque en casa damos rienda suelta a nuestros sentimientos muchas veces sin importarnos lo que con ello podamos ocasionar a los que viven junto a nosotros.
Herir y ofender con nuestras palabras o acciones es parte de la naturaleza pecaminosa de los seres humanos. Nadie es tan bueno como para que no haya explotado ante circunstancias tales como una camisa mal planchada, un juguete dejado fuera de lugar, la falta de colaboración con las tareas del hogar, la mentira que descubrimos, o el engaño ante determinadas circunstancias. Hay situaciones en la vida familiar cuando aún sin proponerlo nos hacemos daño porque decimos o hacemos algo que fue inapropiado y con ello causamos dolor y sufrimiento a los seres que amamos. En tales circunstancias resulta difícil entender el amor, porque siempre esperamos recibir cariño y compresión, y éstos están ausentes cuando surgen las ofensas.
Qué lindo sería vivir en un hogar donde se respire un clima de paz y armonía. Un hogar donde sus miembros disfruten de la convivencia familiar en un ambiente de tranquilidad libre de pleitos y contiendas. Sin embargo lo más frecuente es encontrar hogares donde las palabras de reclamo, reproches y regaños son la nota tónica. Sus miembros son agresivos, desconfiados y mal humorados. Es allí donde se necesita una doble porción del “mejor pegamento que une a la familia”; el perdón. Para muchas personas la palabra perdón representa algo muy difícil de entender y aceptar. Están tan maltrechas y dañadas emocionalmente que no pueden concebir el perdón, ni tampoco otorgarlo a quienes lo requieren. Alguien ha dicho que el perdón es lo que calienta un corazón y suaviza las heridas. Cuando los miembros de la familia practican el perdón unos con otros reciben sanidad emocional, porque la suave corriente del perdón enternece el corazón y fortalece los lazos del amor conyugal y familiar.
Existen tres tipos de reacciones naturales en las personas hacia el perdón. La primera es la reacción de la persona que dice: “te perdono, pero no lo olvido”. La segunda es la de la persona que dice: “te perdono lo que me hiciste, pero me las vas a pagar”, y la tercera es la de quien ante una ofensa dice: “olvidemos todo y comencemos de nuevo”. Notemos que para que el perdón sea absoluto y verdadero se requiere que la persona ofendida imparta el perdón a su agresor aunque éste no lo merezca, pero que olvide la falta.
Perdón sin olvido, no es verdadero perdón. En el segundo caso quien espera una revancha o momento para desquitarse por lo que le hicieron tampoco sabe perdonar. La mejor actitud ante una situación de ofensa es olvidar lo sucedido y mirar hacia el futuro como una nueva oportunidad para reparar lo que se pudo haber dañado con la ofensa. Posiblemente para usted, esto no resulte tan fácil de practicar, pero le aseguro que es la mejor opción porque contiene los elementos que Dios usa para impartirnos su perdón. Cuando ofendemos a Dios, y eso sucede con mucha frecuencia, él nos perdona y olvida nuestras faltas. La Biblia dice “perdonaré la maldad de ellos, y no me acordaré de su pecado”. (Jeremías 31:34) El perdón que Dios nos ofrece es tan absoluto y no trae a la memoria las cosas pasadas (Isaías 43:18). Esa es la clase de perdón que debemos pedirle a Dios que coloque en nuestro corazón para que podamos tratar a cada persona y en especial a los miembros de nuestra familia.
Un paso muy importante en el proceso del perdón es reconocer nuestras faltas. Cuando admitimos que hemos dicho o actuado en forma incorrecto debemos tener la valentía de ir en busca de la persona a la cual ofendimos y reconocer que actuamos mal. Esto tampoco es fácil de lograr porque la mayoría de los casos lo que hacemos es tratar de justificar nuestra mala acción o simplemente culpar a otros por lo que hicimos. La persona que ofende y es capaz de reconocer su falta está dando los pasos necesarios para lograr la reconciliación que viene como producto del perdón. Nada puede resultar más impactante para un cónyuge que ha sido ofendido que el ver a su ofensor reconociendo su falta y dispuesto a solicitar perdón en nombre del amor que se profesan.
Un matrimonio que enfrentaban muchos problemas decidió colocar una cajita en un lugar estratégico de la casa para ir depositando papelitos en los cuales anotarían todas las cosas que les ofendían o molestaban el uno del otro. Al finalizar la primera semana ambos se sentaron para abrir la cajita y leer las quejas. La esposa tomó la iniciativa y comenzó a leer: “dejaste los zapatos fuera de lugar”, “me gritaste porque no encontrabas tu maletín”, “regañaste a los niños con ira”. De pronto hubo un silencio y los ojos de la esposa se llenaron de lágrimas mientras abría varios de los papelitos de la caja.
El esposo con la cabeza baja esperaba pacientemente alguna reacción de parte de ella. Fue cuando el silencio fue interrumpido por los sollozos de la esposa cuando dijo: “Perdóname tú también a mí”. El esposo había escrito en varios papelitos: “Te amo, perdóname por lo que te hice”. Ciertamente necesitamos comprar para nuestro hogar grandes cantidades del mejor pegamento que une la familia; el perdón y tendremos familias más felices.

Fuente: Arcoiris Guatemala

¿Quién es mi verdadero estorbo?


Alguna vez te has preguntado ¿quien es el estorbo de nuestra vida?. Tal vez has creído durante muchos años que ha sido “el diablo”, o la suegra, o la familia, o el jefe, o el clima, o el estudio, o bien, el dinero que no tenemos.. pero la verdad es que el mayor estorbo de nuestra vida hemos sido nosotros mismos.
Cada uno es el responsable de que las cosas no sucedan, sea porque no trabajamos duro, no estudiamos, no creemos, no oramos, no confiamos.. en fin, no hacemos lo que tenemos que hacer, por pereza o por las razones que nos hemos dicho por años.
¿Hasta cuando vamos a hacer nuestro mayor estorbo? ¿Cuando será el día que no digamos las cosas, sino las hagamos? ¿Que tiempo será necesario para cambiar?….
Dejemos de buscar culpables y señalar a los demás, o de espiritualizar nuestro fracaso. Seamos responsables y hagamos a un lado el estorbo que tanto nos ha dañado, nuestra forma de actuar y de pensar..

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domingo, 21 de agosto de 2011

"CUIDA TU TESTIMONIO"


El semáforo se puso en amarillo justo cuando él iba a cruzar en su automóvil y como era de esperar, hizo lo correcto: se detuvo en la línea de paso para los peatones, a pesar de que podría haber rebasado la luz roja, acelerando a través de la intersección.
La mujer que estaba en el automóvil detrás de él estaba furiosa. Le tocó la bocina por un largo rato e hizo comentarios negativos en alta voz, ya que por culpa suya no pudo avanzar a través de la intersección. y para colmo, se le cayó el celular y se le regó el maquillaje. En medio de su pataleta, oyó que alguien le tocaba el cristal del lado.
Allí, parado junto a ella, estaba un policía mirándola muy seriamente. El oficial le ordenó salir de su coche con las manos arriba y la llevó a la comisaría donde la revisaron de arriba abajo, Le tomaron fotos, las huellas dactilares y la pusieron en una celda. Después de un par de horas, un policía se acercó a la celda y abrió la puerta. La señora fue escoltada hasta el mostrador, donde el agente que la detuvo estaba esperando con sus efectos personales.
“Señora, lamento mucho este error”, Le explicó el policía. “Le mandé a bajar mientras usted se encontraba tocando la bocina fuertemente, queriendo pasarle por encima al automóvil del frente, maldiciendo, gritando improperios y diciendo palabras soeces.
- “Mientras la observaba, me percaté que de su retrovisor cuelga un Rosario.
- Su carro tiene en su bumper un sticker que dice ‘¿Qué haría Jesús en mi lugar?’
- Su tablilla tiene un borde que dice ‘Yo escojo la Vida’.
- Otro sticker que dice ‘Sígueme el Domingo a la Iglesia’ y finalmente, el emblema cristiano del pez.
“Como es de esperarse, supuse que el auto era robado.”

DA UN PASO


En un centro comercial en Coventry, Inglaterra, los investigadores colocaron coloridos anuncios a lo largo de las barandillas de una escalera que decian: “Subir las escaleras protege su corazón”. A lo largo de un periodo de seis semanas, el número de personas que eligieron subir las escaleras tradicionales en vez de las escaleras mecánicas que había al lado se elevó a más del doble.
Los investigadores dicen que cada paso cuenta, y que el comportamiento a largo plazo sólo cambiará si los anuncios se ven con regularidad.
la Biblia está llena de “anuncios” que nos instan a obedecer al señor y seguirle incondicionalmente.
Muy a menudo esperamos que nuestras vidas cambien por medio de un gigantesco salto de fe, una profunda decisión o algun acto significativo de servicio. En realidad la única manera en que cambiamos es dando un paso cada vez; y cada paso cuenta.
Prestemos hoy atención a los anuncios y demos un paso de obediencia sincera hacia el Señor.
Un pequeño paso de obediencia es un gigantesco paso hacia la bendición.
Fuente: Nuestro Pan Diario 2010

lunes, 15 de agosto de 2011

¿Eres tierra fértil?


“Decía además: Así es el reino de Dios, como cuando un hombre echa semilla en la tierra; y duerme y se levanta, de noche y de día, y la semilla brota y crece sin que él sepa cómo.  Porque de suyo lleva fruto la tierra, primero hierba, luego espiga, después grano lleno en la espiga; y cuando el fruto está maduro, en seguida se mete la hoz, porque la siega ha llegado”Marcos 4:26-29
Jesús nos ha dicho que hay cuatro lugares donde pueden caer las semillas. ¿Cómo saber si yo soy tierra fértil? La mayoría pensamos que somos buena tierra, es decir que somos buenas personas, buenos cristianos y que cuando muramos vamos a ir al cielo. ¿Será cierto?
Creo esa es la intención de esta parábola, quitarnos esta duda. Jesús después de explicar la parábola del sembrador o de los cuatro terrenos. Nos quiere decir como estar seguros que vamos por buen camino. Sabemos que la semilla que cayo en tierra fértil da frutos, pero cómo es que funciona eso. ¿Cómo se que soy tierra buena?
Bueno pues creo que el pasaje nos da hay 5 ideas o principios para poder saberlo:
1.-Asegúrate de nacer – “la semilla brota…”
Sabemos que para que nazca un bebé se necesitan tener relaciones sexuales, eso es lo que tenemos que hacer para asegurarnos que un niño “venga” al planeta tierra, ¿qué hacer para nacer de nuevo? La Biblia habla de un nuevo nacimiento ¿qué hacemos? La respuesta es: Arrepiéntete y cree en Jesús
Esto es signo de ser tierra fértil. Debes de asegurarte de nacer. ¿Has nacido de nuevo?
2.-Asegúrate de estar creciendo. – “la semilla brota y crece…”
El primer punto podemos decir “que está fácil”, ya me arrepentí y ya creí. Si, esto es verdad, entonces debes de empezar a crecer espiritualmente. Crecer en conocimiento, leyendo la Biblia; crecer en sabiduría, caminando con Dios; crecer en amor, juntándote con Jesús; crecer en justicia, obedeciendo a Dios, etc. Se trata de crecer, de madurar,  de no estar igual que antes, de cada día ser más como Jesús.
Estar creciendo es un signo de ser tierra fértil ¿Estás creciendo?
3.-Asegúrate que no dependa de ti – “…sin que él sepa cómo”
Otra señal es, que te empiezas a dar cuenta que no depende de ti. Podemos decir que todo empieza a acomodarse, empiezan a pasar muchas “coincidencias” o como me gusta llamarles “Dioscidencias”. El camino aunque muchas veces es difícil, después de transitarlo, vemos que en realidad no hicimos mucho, la verdad, Dios hizo todo. Nos fue dando fuerzas durante todo el camino. La gloria no es para nosotros sino para Dios.
Dar la Gloria a Dios es un signo de ser tierra fértil ¿Quién hace las cosas tú o Dios?
4.- Asegúrate que es automático – “Porque de suyo lleva fruto la tierra…”
¿Quién le enseño al pez a nadar? ¿Quién le enseño al bebé a llorar? ¿Quién le enseño al perro a ladrar? La respuesta es obvia, nadie. Es automático, simplemente es porque ellos son así, son perros y ladran, son bebes y lloran, Dios así los creó. Del mismo modo, los cristianos automáticamente empiezan hacer lo que corresponde a un cristiano, empiezan a ser lo que conocemos como el fruto del espíritu: amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad, humildad, dominio propio, fe templanza.
Ser cristiano de manera automática es signo de ser tierra fértil ¿Te estas esforzando demasiado o es automático?
5.-Asegúrate de llegar al final – “y cuando el fruto está maduro”
Alguna vez escuche que todos tienen iniciativa, pero no todos tienen “continuativa” y muchos menos tienen “terminativa”, quiero decir que es fácil empezar pero no es sencillo terminar.
“Muchos corren, pero uno solo gana el premio. Corran pues, de tal modo que lo consigan” No todos terminan, no todos llegan al final. Lo podemos ver en las escuelas, entran miles y miles de niños, sin embargo se gradúan muy pocos profesionista.
No quedarse en el camino es signo de ser tierra fértil ¿Y tú vas a llegar al final?
¿Eres tierra fértil? Asegúrate de serlo.
Enviado por Alejandro Cunillé Fuentes