“Se juntaron a Jesús los fariseos, y algunos de los escribas, que habían venido de Jerusalén; los cuales, viendo a algunos de los discípulos de Jesús comer pan con manos inmundas, esto es, no lavadas, los condenaban. Porque los fariseos y todos los judíos, aferrándose a la tradición de los ancianos, si muchas veces no se lavan las manos, no comen. Y volviendo de la plaza, si no se lavan, no comen. Y otras muchas cosas hay que tomaron para guardar, como los lavamientos de los vasos de beber, y de los jarros, y de los utensilios de metal, y de los lechos. Le preguntaron, pues, los fariseos y los escribas: ¿Por qué tus discípulos no andan conforme a la tradición de los ancianos, sino que comen pan con manos inmundas? Respondiendo él, les dijo: Hipócritas, bien profetizó de vosotros Isaías, como está escrito: Este pueblo de labios me honra, Mas su corazón está lejos de mí. Pues en vano me honran, Enseñando como doctrinas mandamientos de hombres. Porque dejando el mandamiento de Dios, os aferráis a la tradición de los hombres: los lavamientos de los jarros y de los vasos de beber; y hacéis otras muchas cosas semejantes.” Marcos 7:1-8
En México hay una ley llamada “Hoy no circula o Programa Permanente de Restricción Vehicular”. Se implementó como una medida para abatir la contaminación por ozono en el Distrito Federal. Esta ley como la mayoría de la legislación, fueron establecidas para ayudarnos. Ese debería ser el funcionamiento correcto de una ley.
Tomas de Aquino en su Suma teológica describe la ley de la siguiente manera: “La ordenación de la razón dirigida al bien común dictada por el que tiene a su cargo el cuidado de la comunidad y solemnemente promulgada”. Marco Tulio Cicerón dijo: “Las leyes se han hecho para el bien de los ciudadanos”.
Como sabemos el no entender las leyes correctamente puede llevarnos a actuar de manera equivocada, sobre todo me refiero a las autoridades que al parecer se han olvidado del propósito de las mismas.
Un ejemplo es un Señor, Don Luis, que debido a una emergencia, tomó su auto un miércoles y ese día no debía circular acorde a la ley. Emprendió su viaje al hospital ya que su esposa estaba a punto de dar a luz, a un par de gemelitos. En el camino fue detenido por un oficial que muy hábilmente estaba cumpliendo con la ley, como dije era miércoles y ese auto no debía estar en las calles. Don Luis le explicó toda la situación. Sin embargo el oficial le respondió: La ley es la ley, y yo estoy para que se respete.
Este oficial no entendía que las leyes son para beneficio de la humanidad, seguramente por eso Simón Bolívar dijo: “Los legisladores necesitan ciertamente una escuela de moral”
Si el policial hubiera entendido las leyes, habría ayudado a este matrimonio para poder llegar con bien y a tiempo al hospital.
Lo triste es que pasa dentro de las iglesias, esto mismo sucede en los adentros de la comunidad cristiana, por supuesto no en todos pero sí en algunos líderes. No han entendido la ley divina, bien escribió John Locke “Las leyes se hicieron para los hombres y no los hombres para las leyes”
Eso mismo dice la Biblia por ejemplo en Levítico podemos encontrar el propósito de la Ley divina: “No te vengarás, ni guardarás rencor a los hijos de tu pueblo, sino amarás a tu prójimo como a ti mismo” 1 El profeta Miqueas dice: “Oh hombre, él te ha declarado lo que es bueno, y qué pide Jehová de ti: solamente hacer justicia, y amar misericordia, y humillarte ante tu Dios”.2
Los lideres cristianos, no sólo me refiero a los sacerdotes, pastores, ancianos, presbíteros, diáconos, etc., sino cualquier persona dentro del cristianismo que tiene alguna influencia sobre otras personas, aunque sea sólo una. Muchos por siglos han entendido mal el verdadero significado de la Ley divina, podemos resumirlo de la siguiente manera: La Ley divina no se hizo para esclavizarnos sino para liberarnos.
Por eso Jesús les dice hipócritas, porque cualquier líder sea grande o pequeño, en este caso los escribas y fariseos, conoce la Biblia y sabe el propósito de Dios. Ellos al igual que hoy, ponían sobre la ley divina un montón de prohibiciones extras, o complementos, o simplemente la cumplían a raja tabla; al igual que el policía que no permitía llegar a Don Luis al hospital.
Ahora no estoy diciendo que no se cumpla la Ley de Dios como algunos incluso “cristianos” sugieren y dicen que esta abrogada es decir invalida; Jesús mismo dijo “No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir. Porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la ley, hasta que todo se haya cumplido”3 Jesús también“…habló a la gente y a sus discípulos, diciendo: En la cátedra de Moisés se sientan los escribas y los fariseos. Así que, todo lo que os digan que guardéis, guardadlo y hacedlo; mas no hagáis conforme a sus obras, porque dicen, y no hacen”4
Lo que estoy tratando de decir es que las Leyes de Dios son para nuestro bienestar, no para nuestra desdicha. Claro está que por cumplir las leyes no nos conduce al cielo; eso sólo es un regalo de Dios para los que creen en Jesucristo. Sin embargo las leyes pueden ser un buen termómetro para saber quien es cristiano y quien no. Podemos decir por sus frutos los conocerás, el árbol bueno da frutos buenos y el árbol malo da frutos malos.
Por ahí hay muchos fariseos y escribas interpretando mal la ley de Dios ten cuidado de ellos. Ser cristiano debe de hacernos libres no esclavos, debe de ser para nuestro bienestar no para nuestro malestar.
¿Cómo interpretar la ley entonces? Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas.5
El común denominador es AMOR. Es lo mismo que le faltó al policía carecía de amor.
Enviado por Alejandro Cunillé Fuentes
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sábado, 28 de mayo de 2011
martes, 10 de mayo de 2011
¿Y dónde están los cristianos?
“Terminada la travesía, vinieron a tierra de Genesaret, y arribaron a la orilla. Y saliendo ellos de la barca, en seguida la gente le reconoció. Y recorriendo toda la tierra de alrededor, comenzaron a traer de todas partes enfermos en lechos, a donde oían que estaba. Y dondequiera que entraba, en aldeas, ciudades o campos, ponían en las calles a los que estaban enfermos, y le rogaban que les dejase tocar siquiera el borde de su manto; y todos los que le tocaban quedaban sanos”. Marcos 6:53-56
Muchos son los que decimos o mejor dicho nos autollamamos cristianos. ¿Qué es un cristiano? Una definición rápida es: Un cristiano es aquel que refleja el carácter de Cristo, es decir el amor, la esperanza y la fe. Si lo resumiéramos en una frase podríamos decir que; un cristiano es alguien que sana.
Y es aquí cuando me pregunto ¿Y dónde están los cristianos? El mundo está en crisis, ya sea economía, social o política. El dinero no alcanza, cada día hay más violencia, aunado a esto los dirigentes se quedan cortos ante la problemática. Un mundo herido, un mundo maltratado necesita ser sanado. Por eso pregunto ¿Y dónde están los cristianos?
¿Has visto alguno por ahí? Lo reconocerías inmediatamente porque te ha sanado. Tal vez no a ti, pero quizás a un vecino, conocido o amigo tuyo, o quizá un familiar han visto o han sido sanados por un cristiano.
Un cristiano debe ser reconocido fácilmente, Cristo era reconocido por sanar a donde iba. (“Y saliendo ellos de la barca, en seguida la gente le reconoció”)
Aunque no lo creas en esa época todavía no existía el facebook para ver su foto, ni siquiera había Internet para buscar información de Jesús en wikipedia. Es más no me los vas a creer pero tampoco había televisión, incluso no existía ni el teléfono.
¿Cómo entonces las personas conocían a Cristo? Por oídas, por comentarios o chismes. Sin embargo un rasgo indiscutible para reconocerlo era que sanaba. Las personas se amontonaban, “Y dondequiera que entraba Cristo, en aldeas, ciudades o campos, ponían en las calles a los que estaban enfermos… y todos los que le tocaban quedaban sanos”
Hoy también las personas están enfermas, gracias a Dios ha avanzado mucho la medicina, pero estoy pensando en los depresivos, los neuróticos, los adictos, los suicidas, los problemas familiares, los codependientes, los estresados, los adictos al sexo, etc, etc. Quizá todos estamos enfermos o lo hemos estado alguna vez, no todos en la misma medida, unos más otros menos, al fin, enfermos. ¿Y dónde están los cristianos?
Ya estoy escuchando algunos, respondiendo a la pregunta. “Quieres saber donde están los cristianos, son los que se la pasan criticando a todos los enfermos”. Tienen razón hay muchos que decimos ser cristianos y no sanamos, al contrario sólo contaminamos más. Sin embargo eso no es un cristiano, como dije un cristiano es aquel que sana, que restaura. ¿Cómo? Pues reflejando el carácter de Cristo, amor, fe y esperanza.
Los cristianos son aquellos que con el simple hecho de oír, te pueden sanar; con sólo estar a tu lado pueden curarte, con sólo un tocarte te pueden restaurar. No estoy hablando de algo mágico, sino de una sonrisa, un consejo, un hombro donde llorar, un abrazo, un apretón de manos, un oído para desahogarte, cualquier cosa que te haga restaurarte, te haga estar sano.
Muchos decimos ser cristianos, pero la realidad es que nos parecemos más al diablo, que a Jesús. ¿Y dónde están los cristianos?
Si estás enfermo busca a un cristiano verdadero, si tú eres un cristiano busca a un enfermo eso haría Jesús.
¿Estás sanando o estás enfermando?
Enviado por Alejandro Cunillé
Muchos son los que decimos o mejor dicho nos autollamamos cristianos. ¿Qué es un cristiano? Una definición rápida es: Un cristiano es aquel que refleja el carácter de Cristo, es decir el amor, la esperanza y la fe. Si lo resumiéramos en una frase podríamos decir que; un cristiano es alguien que sana.
Y es aquí cuando me pregunto ¿Y dónde están los cristianos? El mundo está en crisis, ya sea economía, social o política. El dinero no alcanza, cada día hay más violencia, aunado a esto los dirigentes se quedan cortos ante la problemática. Un mundo herido, un mundo maltratado necesita ser sanado. Por eso pregunto ¿Y dónde están los cristianos?
¿Has visto alguno por ahí? Lo reconocerías inmediatamente porque te ha sanado. Tal vez no a ti, pero quizás a un vecino, conocido o amigo tuyo, o quizá un familiar han visto o han sido sanados por un cristiano.
Un cristiano debe ser reconocido fácilmente, Cristo era reconocido por sanar a donde iba. (“Y saliendo ellos de la barca, en seguida la gente le reconoció”)
Aunque no lo creas en esa época todavía no existía el facebook para ver su foto, ni siquiera había Internet para buscar información de Jesús en wikipedia. Es más no me los vas a creer pero tampoco había televisión, incluso no existía ni el teléfono.
¿Cómo entonces las personas conocían a Cristo? Por oídas, por comentarios o chismes. Sin embargo un rasgo indiscutible para reconocerlo era que sanaba. Las personas se amontonaban, “Y dondequiera que entraba Cristo, en aldeas, ciudades o campos, ponían en las calles a los que estaban enfermos… y todos los que le tocaban quedaban sanos”
Hoy también las personas están enfermas, gracias a Dios ha avanzado mucho la medicina, pero estoy pensando en los depresivos, los neuróticos, los adictos, los suicidas, los problemas familiares, los codependientes, los estresados, los adictos al sexo, etc, etc. Quizá todos estamos enfermos o lo hemos estado alguna vez, no todos en la misma medida, unos más otros menos, al fin, enfermos. ¿Y dónde están los cristianos?
Ya estoy escuchando algunos, respondiendo a la pregunta. “Quieres saber donde están los cristianos, son los que se la pasan criticando a todos los enfermos”. Tienen razón hay muchos que decimos ser cristianos y no sanamos, al contrario sólo contaminamos más. Sin embargo eso no es un cristiano, como dije un cristiano es aquel que sana, que restaura. ¿Cómo? Pues reflejando el carácter de Cristo, amor, fe y esperanza.
Los cristianos son aquellos que con el simple hecho de oír, te pueden sanar; con sólo estar a tu lado pueden curarte, con sólo un tocarte te pueden restaurar. No estoy hablando de algo mágico, sino de una sonrisa, un consejo, un hombro donde llorar, un abrazo, un apretón de manos, un oído para desahogarte, cualquier cosa que te haga restaurarte, te haga estar sano.
Muchos decimos ser cristianos, pero la realidad es que nos parecemos más al diablo, que a Jesús. ¿Y dónde están los cristianos?
Si estás enfermo busca a un cristiano verdadero, si tú eres un cristiano busca a un enfermo eso haría Jesús.
¿Estás sanando o estás enfermando?
Enviado por Alejandro Cunillé
¡Mamá!
Agradece cada día por la existencia de tu mamá, y si no la tienes agradece por haberla tenido.
PORQUE DESPUES YA NADA ES IGUAL…..!!!!!
Cuando viniste a este mundo,
Ella te sostuvo en sus brazos.
Tú se lo agradeciste gritando.
Cuando tenías un 1 año,
Ella te alimentaba y te bañaba.
Tú se lo agradeciste llorando la noche entera.
Cuando tenías 2 años,
Ella te enseñó a caminar.
Tú se lo agradeciste huyendo de Ella cuando te llamaba.
Cuando tenías 3 años,
Ella te hacía todas las comidas con amor.
Tú se lo agradeciste tirando el plato al piso.
Cuando tenías 4 años,
Ella te dió unos lápices de colores.
Tú se lo agradeciste pintando todas las paredes del comedor.
Cuando tenías 5 años,
Ella te vestía para las ocasiones especiales.
Tú se lo Agradeciste tirándote enlodadote a más no poder.
Cuando tenías 6 años,
Ella te llevaba a la escuela.
Tú se lo agradeciste gritándole: ¡NO VOY A IR!
Cuando tenías 7 años,
Ella te regaló una pelota.
Tú se lo agradeciste arrojándola contra la ventana del vecino.
Cuando tenías 8 años,
Ella te trajo un helado.
Tú se lo agradeciste derramándoselo sobre su falda.
Cuando tenías 9 años,
Ella té pago unas clases de piano.
Tú se lo agradeciste nunca practicando.
Cuando tenías 10 años,
Ella te llevaba con el auto a todas partes de Gimnasio al partido de fútbol, de fiestas de cumpleaños, a otras fiestas.
Tú se lo agradeciste cuando salías del coche y nunca mirabas atrás.
Cuando tenías 11 años,
Ella te llevó a ti y a tus amigos a ver una película.
Tú se lo agradeciste diciéndole que se sentara en otra fila.
Cuando tenías 12 años,
Ella te aconsejó que no miraras ciertos programas.
Tú se lo agradeciste esperando que ella se fuera de la casa.
Cuando tenías 13 años,
Ella te sugirió un corte de pelo que estaba de moda.
Tú se lo agradeciste diciéndole que Ella no tenia gusto.
Cuando tenías 14,
Ella té pagó un mes de vacaciones en el campamento de verano.
Tú se lo agradeciste olvidándote de escribirle una carta.
Cuando tenías 15,
Ella venía de trabajar y quería darte un abrazo.
Tú se lo agradeciste cerrando con llave la puerta de tu habitación.
Cuando tenías 16,
Ella te enseñó cómo manejar su coche.
Tú se lo agradeciste usándoselo todas las veces que podías.
Cuando tenías 17 años,
Ella esperaba una llamada importante..
Tú se lo agradeciste, hablando por teléfono toda la noche.
Cuando tenías 18,
Ella lloró en la fiesta de tu graduación de la escuela.
Tú se lo agradeciste estando de fiestas hasta el amanecer.
Cuando tenías 19 años,
Ella té pagó la cuota de la universidad, te llevó en coche hasta el campus y cargó tus maletas.
Tú se lo agradeciste diciéndole adiós desde fuera del dormitorio, así no te sentirías avergonzado ante tus amigos.
Cuando tenías 20 años,
Ella te preguntó si estabas saliendo con alguien.
Tú se lo agradeciste diciéndole: ‘A Ti no te importa eso’
Cuando tenías 21 años,
Ella te sugirió algunas carreras para tu futuro..
Tú se lo agradeciste diciéndole: ‘No quiero ser como Tú.’
Cuando tenías 22,
Ella te abrazó en la fiesta de graduación de la Universidad.
Tú se lo agradeciste diciéndole si te podía pagar un viaje a Europa.
Cuando tenías 23,
Ella te dio algunos muebles para tu primer departamento.
Tú se lo agradeciste diciéndoles a tus amigos que los muebles eran feos.
Cuando tenías 24,
Ella conoció a tu futura esposa y le preguntó sus planes para el futuro.
Tú se lo agradeciste con una mirada feroz y le gritaste ‘¡Cállate!’.
Cuando tenías 27,
Ella te ayudó a pagar los gastos de tu boda y llorando te dijo que te amaba muchísimo.
Tú se lo agradeciste mudándote por la mitad de el país.
Cuando tenías 30,
Ella te dio algunos consejos para cuidar al bebé.
Tú se lo agradeciste, diciéndole que las cosas son diferentes ahora.
Cuando tenías 40,
Ella te llamó para recordarte el cumpleaños de tu Papá.
Tú se lo agradeciste diciéndole que estabas muy ocupado.
Cuando tenías 50,
Ella se enfermó y necesitó que la cuidaras.
Tú se lo agradeciste leyendo sobre la carga que representan los padres hacia los hijos.
De repente, un día………….,
Ella silenciosamente MURIOOOO……!!!!. Y todas las cosas que nunca hiciste cayeron como un trueno.
Tomémonos un momento para rendir honor y tributo a la persona que llamamos MAMÁ, aunque algunos no la pueden llamar así de ese modo abiertamente.
No hay sustituto para Ella. Alegra cada momento. Aunque a veces, Ella no parezca la mejor de las amigas, quizás no concuerde con tu forma de pensar, pero aún así?
¡Es tú Madre!
Ella estará allí para ayudarte con tus dolores, tus penas, tus frustraciones.
Pregúntate a ti mismo:
¿Has LIMITADO tu tiempo para estar con Ella, para escuchar sus quejas sobre el trabajo en la cocina, su cansancio?
Sé prudente, generoso y muéstrale el debido respeto, aunque tú pienses diferente de Ella.
Una vez que se vaya de este mundo, solamente los recuerdos cariñosos del ser que llamamos Mamá, sólo eso nos queda
Bendícela y pide a Dios por ella, porque Dios en su infinita misericordia le dio la dicha de ser Madre y a ti el de tener una Mamá.
PORQUE DESPUES YA NADA ES IGUAL…..!!!!!
Cuando viniste a este mundo,
Ella te sostuvo en sus brazos.
Tú se lo agradeciste gritando.
Cuando tenías un 1 año,
Ella te alimentaba y te bañaba.
Tú se lo agradeciste llorando la noche entera.
Cuando tenías 2 años,
Ella te enseñó a caminar.
Tú se lo agradeciste huyendo de Ella cuando te llamaba.
Cuando tenías 3 años,
Ella te hacía todas las comidas con amor.
Tú se lo agradeciste tirando el plato al piso.
Cuando tenías 4 años,
Ella te dió unos lápices de colores.
Tú se lo agradeciste pintando todas las paredes del comedor.
Cuando tenías 5 años,
Ella te vestía para las ocasiones especiales.
Tú se lo Agradeciste tirándote enlodadote a más no poder.
Cuando tenías 6 años,
Ella te llevaba a la escuela.
Tú se lo agradeciste gritándole: ¡NO VOY A IR!
Cuando tenías 7 años,
Ella te regaló una pelota.
Tú se lo agradeciste arrojándola contra la ventana del vecino.
Cuando tenías 8 años,
Ella te trajo un helado.
Tú se lo agradeciste derramándoselo sobre su falda.
Cuando tenías 9 años,
Ella té pago unas clases de piano.
Tú se lo agradeciste nunca practicando.
Cuando tenías 10 años,
Ella te llevaba con el auto a todas partes de Gimnasio al partido de fútbol, de fiestas de cumpleaños, a otras fiestas.
Tú se lo agradeciste cuando salías del coche y nunca mirabas atrás.
Cuando tenías 11 años,
Ella te llevó a ti y a tus amigos a ver una película.
Tú se lo agradeciste diciéndole que se sentara en otra fila.
Cuando tenías 12 años,
Ella te aconsejó que no miraras ciertos programas.
Tú se lo agradeciste esperando que ella se fuera de la casa.
Cuando tenías 13 años,
Ella te sugirió un corte de pelo que estaba de moda.
Tú se lo agradeciste diciéndole que Ella no tenia gusto.
Cuando tenías 14,
Ella té pagó un mes de vacaciones en el campamento de verano.
Tú se lo agradeciste olvidándote de escribirle una carta.
Cuando tenías 15,
Ella venía de trabajar y quería darte un abrazo.
Tú se lo agradeciste cerrando con llave la puerta de tu habitación.
Cuando tenías 16,
Ella te enseñó cómo manejar su coche.
Tú se lo agradeciste usándoselo todas las veces que podías.
Cuando tenías 17 años,
Ella esperaba una llamada importante..
Tú se lo agradeciste, hablando por teléfono toda la noche.
Cuando tenías 18,
Ella lloró en la fiesta de tu graduación de la escuela.
Tú se lo agradeciste estando de fiestas hasta el amanecer.
Cuando tenías 19 años,
Ella té pagó la cuota de la universidad, te llevó en coche hasta el campus y cargó tus maletas.
Tú se lo agradeciste diciéndole adiós desde fuera del dormitorio, así no te sentirías avergonzado ante tus amigos.
Cuando tenías 20 años,
Ella te preguntó si estabas saliendo con alguien.
Tú se lo agradeciste diciéndole: ‘A Ti no te importa eso’
Cuando tenías 21 años,
Ella te sugirió algunas carreras para tu futuro..
Tú se lo agradeciste diciéndole: ‘No quiero ser como Tú.’
Cuando tenías 22,
Ella te abrazó en la fiesta de graduación de la Universidad.
Tú se lo agradeciste diciéndole si te podía pagar un viaje a Europa.
Cuando tenías 23,
Ella te dio algunos muebles para tu primer departamento.
Tú se lo agradeciste diciéndoles a tus amigos que los muebles eran feos.
Cuando tenías 24,
Ella conoció a tu futura esposa y le preguntó sus planes para el futuro.
Tú se lo agradeciste con una mirada feroz y le gritaste ‘¡Cállate!’.
Cuando tenías 27,
Ella te ayudó a pagar los gastos de tu boda y llorando te dijo que te amaba muchísimo.
Tú se lo agradeciste mudándote por la mitad de el país.
Cuando tenías 30,
Ella te dio algunos consejos para cuidar al bebé.
Tú se lo agradeciste, diciéndole que las cosas son diferentes ahora.
Cuando tenías 40,
Ella te llamó para recordarte el cumpleaños de tu Papá.
Tú se lo agradeciste diciéndole que estabas muy ocupado.
Cuando tenías 50,
Ella se enfermó y necesitó que la cuidaras.
Tú se lo agradeciste leyendo sobre la carga que representan los padres hacia los hijos.
De repente, un día………….,
Ella silenciosamente MURIOOOO……!!!!. Y todas las cosas que nunca hiciste cayeron como un trueno.
Tomémonos un momento para rendir honor y tributo a la persona que llamamos MAMÁ, aunque algunos no la pueden llamar así de ese modo abiertamente.
No hay sustituto para Ella. Alegra cada momento. Aunque a veces, Ella no parezca la mejor de las amigas, quizás no concuerde con tu forma de pensar, pero aún así?
¡Es tú Madre!
Ella estará allí para ayudarte con tus dolores, tus penas, tus frustraciones.
Pregúntate a ti mismo:
¿Has LIMITADO tu tiempo para estar con Ella, para escuchar sus quejas sobre el trabajo en la cocina, su cansancio?
Sé prudente, generoso y muéstrale el debido respeto, aunque tú pienses diferente de Ella.
Una vez que se vaya de este mundo, solamente los recuerdos cariñosos del ser que llamamos Mamá, sólo eso nos queda
Bendícela y pide a Dios por ella, porque Dios en su infinita misericordia le dio la dicha de ser Madre y a ti el de tener una Mamá.
La ley del amor
“Se juntaron a Jesús los fariseos, y algunos de los escribas, que habían venido de Jerusalén; los cuales, viendo a algunos de los discípulos de Jesús comer pan con manos inmundas, esto es, no lavadas, los condenaban. Porque los fariseos y todos los judíos, aferrándose a la tradición de los ancianos, si muchas veces no se lavan las manos, no comen. Y volviendo de la plaza, si no se lavan, no comen. Y otras muchas cosas hay que tomaron para guardar, como los lavamientos de los vasos de beber, y de los jarros, y de los utensilios de metal, y de los lechos. Le preguntaron, pues, los fariseos y los escribas: ¿Por qué tus discípulos no andan conforme a la tradición de los ancianos, sino que comen pan con manos inmundas? Respondiendo él, les dijo: Hipócritas, bien profetizó de vosotros Isaías, como está escrito: Este pueblo de labios me honra, Mas su corazón está lejos de mí. Pues en vano me honran, Enseñando como doctrinas mandamientos de hombres. Porque dejando el mandamiento de Dios, os aferráis a la tradición de los hombres: los lavamientos de los jarros y de los vasos de beber; y hacéis otras muchas cosas semejantes.” Marcos 7:1-8
En México hay una ley llamada “Hoy no circula o Programa Permanente de Restricción Vehicular”. Se implementó como una medida para abatir la contaminación por ozono en el Distrito Federal. Esta ley como la mayoría de la legislación, fueron establecidas para ayudarnos. Ese debería ser el funcionamiento correcto de una ley.
Tomas de Aquino en su Suma teológica describe la ley de la siguiente manera: “La ordenación de la razón dirigida al bien común dictada por el que tiene a su cargo el cuidado de la comunidad y solemnemente promulgada”. Marco Tulio Cicerón dijo: “Las leyes se han hecho para el bien de los ciudadanos”.
Como sabemos el no entender las leyes correctamente puede llevarnos a actuar de manera equivocada, sobre todo me refiero a las autoridades que al parecer se han olvidado del propósito de las mismas.
Un ejemplo es un Señor, Don Luis, que debido a una emergencia, tomó su auto un miércoles y ese día no debía circular acorde a la ley. Emprendió su viaje al hospital ya que su esposa estaba a punto de dar a luz, a un par de gemelitos. En el camino fue detenido por un oficial que muy hábilmente estaba cumpliendo con la ley, como dije era miércoles y ese auto no debía estar en las calles. Don Luis le explicó toda la situación. Sin embargo el oficial le respondió: La ley es la ley, y yo estoy para que se respete.
Este oficial no entendía que las leyes son para beneficio de la humanidad, seguramente por eso Simón Bolívar dijo: “Los legisladores necesitan ciertamente una escuela de moral”
Si el policial hubiera entendido las leyes, habría ayudado a este matrimonio para poder llegar con bien y a tiempo al hospital.
Lo triste es que pasa dentro de las iglesias, esto mismo sucede en los adentros de la comunidad cristiana, por supuesto no en todos pero sí en algunos líderes. No han entendido la ley divina, bien escribió John Locke “Las leyes se hicieron para los hombres y no los hombres para las leyes”
Eso mismo dice la Biblia por ejemplo en Levítico podemos encontrar el propósito de la Ley divina: “No te vengarás, ni guardarás rencor a los hijos de tu pueblo, sino amarás a tu prójimo como a ti mismo” 1 El profeta Miqueas dice: “Oh hombre, él te ha declarado lo que es bueno, y qué pide Jehová de ti: solamente hacer justicia, y amar misericordia, y humillarte ante tu Dios”.2
Los lideres cristianos, no sólo me refiero a los sacerdotes, pastores, ancianos, presbíteros, diáconos, etc., sino cualquier persona dentro del cristianismo que tiene alguna influencia sobre otras personas, aunque sea sólo una. Muchos por siglos han entendido mal el verdadero significado de la Ley divina, podemos resumirlo de la siguiente manera: La Ley divina no se hizo para esclavizarnos sino para liberarnos.
Por eso Jesús les dice hipócritas, porque cualquier líder sea grande o pequeño, en este caso los escribas y fariseos, conoce la Biblia y sabe el propósito de Dios. Ellos al igual que hoy, ponían sobre la ley divina un montón de prohibiciones extras, o complementos, o simplemente la cumplían a raja tabla; al igual que el policía que no permitía llegar a Don Luis al hospital.
Ahora no estoy diciendo que no se cumpla la Ley de Dios como algunos incluso “cristianos” sugieren y dicen que esta abrogada es decir invalida; Jesús mismo dijo “No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir. Porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la ley, hasta que todo se haya cumplido”3 Jesús también“…habló a la gente y a sus discípulos, diciendo: En la cátedra de Moisés se sientan los escribas y los fariseos. Así que, todo lo que os digan que guardéis, guardadlo y hacedlo; mas no hagáis conforme a sus obras, porque dicen, y no hacen”4
Lo que estoy tratando de decir es que las Leyes de Dios son para nuestro bienestar, no para nuestra desdicha. Claro está que por cumplir las leyes no nos conduce al cielo; eso sólo es un regalo de Dios para los que creen en Jesucristo. Sin embargo las leyes pueden ser un buen termómetro para saber quien es cristiano y quien no. Podemos decir por sus frutos los conocerás, el árbol bueno da frutos buenos y el árbol malo da frutos malos.
Por ahí hay muchos fariseos y escribas interpretando mal la ley de Dios ten cuidado de ellos. Ser cristiano debe de hacernos libres no esclavos, debe de ser para nuestro bienestar no para nuestro malestar.
¿Cómo interpretar la ley entonces? Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas.5
El común denominador es AMOR. Es lo mismo que le faltó al policía carecía de amor.
Enviado por Alejandro Cunillé Fuentes
En México hay una ley llamada “Hoy no circula o Programa Permanente de Restricción Vehicular”. Se implementó como una medida para abatir la contaminación por ozono en el Distrito Federal. Esta ley como la mayoría de la legislación, fueron establecidas para ayudarnos. Ese debería ser el funcionamiento correcto de una ley.
Tomas de Aquino en su Suma teológica describe la ley de la siguiente manera: “La ordenación de la razón dirigida al bien común dictada por el que tiene a su cargo el cuidado de la comunidad y solemnemente promulgada”. Marco Tulio Cicerón dijo: “Las leyes se han hecho para el bien de los ciudadanos”.
Como sabemos el no entender las leyes correctamente puede llevarnos a actuar de manera equivocada, sobre todo me refiero a las autoridades que al parecer se han olvidado del propósito de las mismas.
Un ejemplo es un Señor, Don Luis, que debido a una emergencia, tomó su auto un miércoles y ese día no debía circular acorde a la ley. Emprendió su viaje al hospital ya que su esposa estaba a punto de dar a luz, a un par de gemelitos. En el camino fue detenido por un oficial que muy hábilmente estaba cumpliendo con la ley, como dije era miércoles y ese auto no debía estar en las calles. Don Luis le explicó toda la situación. Sin embargo el oficial le respondió: La ley es la ley, y yo estoy para que se respete.
Este oficial no entendía que las leyes son para beneficio de la humanidad, seguramente por eso Simón Bolívar dijo: “Los legisladores necesitan ciertamente una escuela de moral”
Si el policial hubiera entendido las leyes, habría ayudado a este matrimonio para poder llegar con bien y a tiempo al hospital.
Lo triste es que pasa dentro de las iglesias, esto mismo sucede en los adentros de la comunidad cristiana, por supuesto no en todos pero sí en algunos líderes. No han entendido la ley divina, bien escribió John Locke “Las leyes se hicieron para los hombres y no los hombres para las leyes”
Eso mismo dice la Biblia por ejemplo en Levítico podemos encontrar el propósito de la Ley divina: “No te vengarás, ni guardarás rencor a los hijos de tu pueblo, sino amarás a tu prójimo como a ti mismo” 1 El profeta Miqueas dice: “Oh hombre, él te ha declarado lo que es bueno, y qué pide Jehová de ti: solamente hacer justicia, y amar misericordia, y humillarte ante tu Dios”.2
Los lideres cristianos, no sólo me refiero a los sacerdotes, pastores, ancianos, presbíteros, diáconos, etc., sino cualquier persona dentro del cristianismo que tiene alguna influencia sobre otras personas, aunque sea sólo una. Muchos por siglos han entendido mal el verdadero significado de la Ley divina, podemos resumirlo de la siguiente manera: La Ley divina no se hizo para esclavizarnos sino para liberarnos.
Por eso Jesús les dice hipócritas, porque cualquier líder sea grande o pequeño, en este caso los escribas y fariseos, conoce la Biblia y sabe el propósito de Dios. Ellos al igual que hoy, ponían sobre la ley divina un montón de prohibiciones extras, o complementos, o simplemente la cumplían a raja tabla; al igual que el policía que no permitía llegar a Don Luis al hospital.
Ahora no estoy diciendo que no se cumpla la Ley de Dios como algunos incluso “cristianos” sugieren y dicen que esta abrogada es decir invalida; Jesús mismo dijo “No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir. Porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la ley, hasta que todo se haya cumplido”3 Jesús también“…habló a la gente y a sus discípulos, diciendo: En la cátedra de Moisés se sientan los escribas y los fariseos. Así que, todo lo que os digan que guardéis, guardadlo y hacedlo; mas no hagáis conforme a sus obras, porque dicen, y no hacen”4
Lo que estoy tratando de decir es que las Leyes de Dios son para nuestro bienestar, no para nuestra desdicha. Claro está que por cumplir las leyes no nos conduce al cielo; eso sólo es un regalo de Dios para los que creen en Jesucristo. Sin embargo las leyes pueden ser un buen termómetro para saber quien es cristiano y quien no. Podemos decir por sus frutos los conocerás, el árbol bueno da frutos buenos y el árbol malo da frutos malos.
Por ahí hay muchos fariseos y escribas interpretando mal la ley de Dios ten cuidado de ellos. Ser cristiano debe de hacernos libres no esclavos, debe de ser para nuestro bienestar no para nuestro malestar.
¿Cómo interpretar la ley entonces? Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas.5
El común denominador es AMOR. Es lo mismo que le faltó al policía carecía de amor.
Enviado por Alejandro Cunillé Fuentes
viernes, 29 de abril de 2011
EL FANTASMA
“Oyó el rey Herodes la fama de Jesús, porque su nombre se había hecho notorio; y dijo: Juan el Bautista ha resucitado de los muertos, y por eso actúan en él estos poderes. Otros decían: Es Elías. Y otros decían: Es un profeta, o alguno de los profetas. Al oír esto Herodes, dijo: Este es Juan, el que yo decapité, que ha resucitado de los muertos. Porque el mismo Herodes había enviado y prendido a Juan, y le había encadenado en la cárcel por causa de Herodías, mujer de Felipe su hermano; pues la había tomado por mujer. Porque Juan decía a Herodes: No te es lícito tener la mujer de tu hermano” Marcos 6:14-18 Dicen los expertos que los fantasmas, son apariciones, en muchas culturas son supuestos espíritus o almas que se manifiestan entre los vivos en forma sensorial, es decir de forma evidente a nuestros sentidos, ya sea por olores, sonidos, formas, o movimientos de objetos. Hay toda una parafernalia, un espectáculo, con respecto a los fantasmas. Sin embargo, otro significado según el diccionario, fantasma puede ser, una amenaza de un riesgo inminente o temor que algo ocurra. Un ejemplo es cuando decimos: Nos persiguen los fantasmas del pasado. Herodes era molestado por un fantasma. Un fantasma que no lo dejaba dormir. Un fantasma que lo acechaba día y noche. En la cabeza de Herodes, resonaba en su cabeza; No te es lícito, no te es lícito, no te es lícito. – ¿Te ha sucedido? Has escuchado la voz que resonaba en la cabeza de Herodes. No te es lícito. Quizá, después de tomar en exceso, o de drogarte, o incluso de fumar, que tal después de ver pornografía, después de robar, de insultar, de no respetar, de ser infiel, de no ayudar cuando puedes, que tal cuando sabes que estas haciendo algo malo… ¿Has escuchado esa voz que dice: No te es lícito.? Todos tenemos algo que cambiar, para Herodes era la mujer de su hermano Felipe, Herodías. Podía haber tenido cualquier mujer siendo rey, pero escogió a la de su hermano. Puedo ver a Herodes sentado en su cama, solo, como un mueble más en la habitación. Meditando en esas cuatro palabras No te es lícito. La noche anterior había estado con Herodías, seguramente había tenido relaciones. La diversión se había ido, ahora solo quedaba el fantasma, No te es lícito. Herodes anhelaba como tú o como yo una vida plena, una vida feliz, y aunque la noche había sido alegre, la mañana se tornaba amarga. Herodes no sabía que hacer, tenía miedo, algo dentro de él, le recordaba: NO TE ES LÍCITO, el fantasma lo dejaba pensando en sus actos. Una parte de Herodes le gustaba escuchar las buenas nuevas, de vez en cuando ese, No te es lícito, se convertía en una vida mejor. El No te es lícito, anunciaba el arco iris después de la lluvia. El No te es lícito le daba esperanza, de una vida plena. Pero también había otra voz, una que le decía callemos para siempre el No te es lícito. Herodes le gusta la idea, y pregunta ¿Cómo? Matemos al heraldo, al mensajero de Dios y así no escucharemos más: No te es lícito. Herodes no le gustaba mucho lo que escuchaba, sí quería silenciar a esa fantasma que lo perseguía día y noche, pero no de esa forma. Sabemos el desenlace, Herodías logró convencer a Herodes, mandó matar a Juan el Bautista. Sin embargo el fantasma no se fue, el No te es lícito resonaba cada vez más fuerte, el fantasma lo atormentaba tanto que llego a creer que Jesús era Juan resucitado. “Este es Juan, el que yo decapité, que ha resucitado de los muertos” Lo que Herodes hizo, no es tan diferente de lo que nosotros hacemos, al igual que él, de vez en cuando escuchamos: No te es lícito. De vez en cuando no podemos dormir, no estamos a gusto, estamos como desesperados. ¿Qué debemos hacer? Inmediatamente al escuchar “No te es lícito”, podemos hacer dos cosas: No atender y hacernos de oídos sordos. “No oigo, no oigo, soy de palo y tengo orejas de pescado” o bien arrepentirnos y cambiar. Y es aquí cuando el fantasma se convierte en buenas nuevas, el No te es lícito se trasforma en una nueva oportunidad. Es como si estuviéramos apunto de tomarnos una botella de agua, y alguien nos dice: No te es lícito, es veneno. ¿Qué no te das cuenta? No leo la mente para poder saber qué no es lícito para ti. Pero lo que sí se es que seguramente no te conviene. Es algo que seguro te va a perseguir como un fantasma. Mi consejo es el siguiente: “El tiempo se ha cumplido y el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos, y creed en el evangelio” Enviado por Alenjandro Cunillé
FELICIDADES A STHEFANY SURIEL EN SU DIA DE CUMPLE AñO 1 DE MAYO.
QUE DIOS TE SIGA BENDICIENDO CADA DIA MAS, Y PUEDA CRECER EN SU CAMINO.
martes, 26 de abril de 2011
Siendo Rey murió por mí.
En estos días que la humanidad sensibiliza un poco su corazón para volver sus ojos a Dios no podemos desaprovechar la oportunidad de proclamar a gran voz lo que Jesús hizo por todos nosotros.
Ayer mientras manejaba iba escuchando una hermosa alabanza y una frase me quedo grabada en mi mente y esa fue: “Siendo Rey moriste por mi”. En ese mismo instante reflexione sobre esa frase y me di cuenta las verdades que encierra.
¿Quiénes éramos nosotros?, personas que vagábamos en este mundo sin un sentido de vida, creyendo ser felices, creyendo ser sabios, creyendo que no necesitábamos de Dios, pero realmente no podíamos dudar que existía dentro de nuestro corazón un vacio inmenso, que nada, ni nadie podía llenar, ni la felicidad momentánea, ni los placeres de la vida, pero cuando nos encontramos con Dios, nos dimos cuenta que el llenaba exactamente la figura de ese vacío que existían en nuestra vida.
Antes, estábamos muertos en nuestros delitos y pecados, andábamos en las corrientes de este mundo, dejados llevar por doquier, más un día todo cambio, un día nuestra mente comprendió el amor que Dios nos tenia, nuestro corazón se sensibilizo e invitamos a Jesús a entrar a nuestro corazón y le pedimos que perdonara nuestros pecados.
Y es que ahora nosotros podemos gozar de una vida nueva, esa vida que solo Jesús puede dar y una vida abundante, eterna y que se pago a precio de sangre, esa sangre derramada por el unigénito Hijo de Dios, quien viniendo a este mundo en forma de hombre, no escatimo a ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que en obediencia a su Padre y por amor a nosotros entrego su vida para que nosotros hoy en día podamos ser participes de una hermosa Salvación.
Siendo Rey murió por nosotros, siendo perfecto, sin pecado, siendo tentado en todo, mas no peco, al contrario vino a darnos cátedra de cómo vivir una vida santa delante de Dios. No merecía la muerte que se le dio, no merecía sufrir por nosotros, nunca se lo pedimos que lo hiciera, pero nuestra vida a pesar de no pedirlo, necesitaba que ese sacrificio fuera hecho, para poder encontrar una vida eterna.
Siendo Rey sufrió, fue humillado, maltratado, burlado, mas no abrió su boca y no dijo nada, cargo un cruz pesada para su muerte, una muerte de criminal, y El siendo tan perfecto, murió como uno de los mas imperfectos, llevando allí en esa cruz y crucificando allí mismo cada uno de nuestros pecados. Ese Rey exclamo: “Consumado es”, habiendo dado por terminado su trabajo en la cruz.
Siendo Rey no merecía morir, menos por esclavos, si, esclavos del pecado, más sin embargo lo hizo porque El no nos veía como éramos, sino como íbamos a llegar a ser, cuando El comenzara el proceso de transformación en nuestra vida.
Al tercer día ese Rey de reyes resucito, venciendo a la muerte y otorgándonos el privilegio a nosotros también de poder vencer a la muerte eterna a través de una vida eterna que El nos ofrece.
Siendo Rey estuvo dispuesto a morir por ti, ahora la pregunta que deberíamos de hacernos cada uno de nosotros es: ¿Qué estoy dispuesto a hacer yo por El?
En estos días y cada día del año debemos tener presente que el sacrificio de Cristo por nosotros fue el acto más bello que ha existido y juntamente con esa acción, hoy podemos obtener una ciudadanía celestial a través de Jesús, ¿Cómo?, dejando que El entre a nuestro corazón y gobierne nuestra vida.
La Biblia lo dice de esta manera:
“Pues si ustedes reconocen con su propia boca que Jesús es el Señor, y si creen de corazón que Dios lo resucitó, entonces se librarán del castigo que merecen. Pues si creemos de todo corazón, seremos aceptados por Dios; y si con nuestra boca reconocemos que Jesús es el Señor, Dios nos salvará”.
Romanos 10:9-10 (Traducción en lenguaje actual)
Siendo Rey murió por mí, ¿Estaría yo dispuesto a morir por El?
Autor: Enrique Monterroza.
Fuente: www.devocionaldiario.com
Ayer mientras manejaba iba escuchando una hermosa alabanza y una frase me quedo grabada en mi mente y esa fue: “Siendo Rey moriste por mi”. En ese mismo instante reflexione sobre esa frase y me di cuenta las verdades que encierra.
¿Quiénes éramos nosotros?, personas que vagábamos en este mundo sin un sentido de vida, creyendo ser felices, creyendo ser sabios, creyendo que no necesitábamos de Dios, pero realmente no podíamos dudar que existía dentro de nuestro corazón un vacio inmenso, que nada, ni nadie podía llenar, ni la felicidad momentánea, ni los placeres de la vida, pero cuando nos encontramos con Dios, nos dimos cuenta que el llenaba exactamente la figura de ese vacío que existían en nuestra vida.
Antes, estábamos muertos en nuestros delitos y pecados, andábamos en las corrientes de este mundo, dejados llevar por doquier, más un día todo cambio, un día nuestra mente comprendió el amor que Dios nos tenia, nuestro corazón se sensibilizo e invitamos a Jesús a entrar a nuestro corazón y le pedimos que perdonara nuestros pecados.
Y es que ahora nosotros podemos gozar de una vida nueva, esa vida que solo Jesús puede dar y una vida abundante, eterna y que se pago a precio de sangre, esa sangre derramada por el unigénito Hijo de Dios, quien viniendo a este mundo en forma de hombre, no escatimo a ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que en obediencia a su Padre y por amor a nosotros entrego su vida para que nosotros hoy en día podamos ser participes de una hermosa Salvación.
Siendo Rey murió por nosotros, siendo perfecto, sin pecado, siendo tentado en todo, mas no peco, al contrario vino a darnos cátedra de cómo vivir una vida santa delante de Dios. No merecía la muerte que se le dio, no merecía sufrir por nosotros, nunca se lo pedimos que lo hiciera, pero nuestra vida a pesar de no pedirlo, necesitaba que ese sacrificio fuera hecho, para poder encontrar una vida eterna.
Siendo Rey sufrió, fue humillado, maltratado, burlado, mas no abrió su boca y no dijo nada, cargo un cruz pesada para su muerte, una muerte de criminal, y El siendo tan perfecto, murió como uno de los mas imperfectos, llevando allí en esa cruz y crucificando allí mismo cada uno de nuestros pecados. Ese Rey exclamo: “Consumado es”, habiendo dado por terminado su trabajo en la cruz.
Siendo Rey no merecía morir, menos por esclavos, si, esclavos del pecado, más sin embargo lo hizo porque El no nos veía como éramos, sino como íbamos a llegar a ser, cuando El comenzara el proceso de transformación en nuestra vida.
Al tercer día ese Rey de reyes resucito, venciendo a la muerte y otorgándonos el privilegio a nosotros también de poder vencer a la muerte eterna a través de una vida eterna que El nos ofrece.
Siendo Rey estuvo dispuesto a morir por ti, ahora la pregunta que deberíamos de hacernos cada uno de nosotros es: ¿Qué estoy dispuesto a hacer yo por El?
En estos días y cada día del año debemos tener presente que el sacrificio de Cristo por nosotros fue el acto más bello que ha existido y juntamente con esa acción, hoy podemos obtener una ciudadanía celestial a través de Jesús, ¿Cómo?, dejando que El entre a nuestro corazón y gobierne nuestra vida.
La Biblia lo dice de esta manera:
“Pues si ustedes reconocen con su propia boca que Jesús es el Señor, y si creen de corazón que Dios lo resucitó, entonces se librarán del castigo que merecen. Pues si creemos de todo corazón, seremos aceptados por Dios; y si con nuestra boca reconocemos que Jesús es el Señor, Dios nos salvará”.
Romanos 10:9-10 (Traducción en lenguaje actual)
Siendo Rey murió por mí, ¿Estaría yo dispuesto a morir por El?
Autor: Enrique Monterroza.
Fuente: www.devocionaldiario.com
La pequeña vela
Erase una vez una pequeña vela que vivió feliz su infancia, hasta que cierto día le entró curiosidad en saber para qué servía ese hilito negro y finito que sobresalía de su cabeza. Una vela vieja le dijo que ese era su “cabo” y que servía para ser “encendida”. Ser “encendida” ¿qué significaría eso?. La vela vieja también le dijo que era mejor que nunca lo supiese, porque era algo muy doloroso.
Nuestra pequeña vela, aunque no entendía de qué se trataba, y aún cuando le habían advertido que era algo doloroso, comenzó a soñar con ser encendida. Pronto, este sueño se convirtió en una obsesión. Hasta que por fin un día, “la Luz verdadera que ilumina a todo hombre”, llegó con su presencia contagiosa y la iluminó, la encendió. Y nuestra vela se sintió feliz por haber recibido la luz que vence a las tinieblas y le da seguridad a los corazones.
Muy pronto se dio cuenta de que haber recibido la luz constituía no solo una alegría, sino también una fuerte exigencia… Sí. Tomó conciencia de que para que la luz perdurara en ella, tenía que alimentarla desde el interior, a través de un diario derretirse, de un permanente consumirse… Entonces su alegría cobró una dimensión más profunda, pues entendió que su misión era consumirse al servicio de la luz y aceptó con fuerte conciencia su nueva vocación.
A veces pensaba que hubiera sido más cómodo no haber recibido la luz, pues en vez de un diario derretirse, su vida hubiera sido un “estar ahí”, tranquilamente. Hasta tuvo la tentación de no alimentar más la llama, de dejar morir la luz para no sentirse tan molesta.
También se dio cuenta de que en el mundo existen muchas corrientes de aire que buscan apagar la luz. Y a la exigencia que había aceptado de alimentar la luz desde el interior, se unió la llamada fuerte a defender la luz de ciertas corrientes de aire que circulan por el mundo.
Más aún: su luz le permitió mirar más fácilmente a su alrededor y alcanzó a darse cuenta de que existían muchas velas apagadas. Unas porque nunca habían tenido la oportunidad de recibir la luz. Otras, por miedo a derretirse. Las demás, porque no pudieron defenderse de algunas corrientes de aire. Y se preguntó muy preocupada: ¿Podré yo encender otras velas? Y, pensando, descubrió también su vocación de apóstol de la luz. Entonces se dedicó a encender velas, de todas las características, tamaños y edades, para que hubiera mucha luz en el mundo.
Cada día crecía su alegría y su esperanza, porque en su diario consumirse, encontraba velas por todas partes. Velas viejas, velas hombres, velas mujeres, velas jóvenes, velas recién nacidas…. Y todas bien encendidas.
Cuando presentía que se acercaba el final, porque se había consumido totalmente al servicio de la luz, identificándose con ella, dijo con voz muy fuerte y con profunda expresión de satisfacción en su rostro: ¡Cristo está vivo en mí!
Fuente: materialescueladominical.blogspot.com
Nuestra pequeña vela, aunque no entendía de qué se trataba, y aún cuando le habían advertido que era algo doloroso, comenzó a soñar con ser encendida. Pronto, este sueño se convirtió en una obsesión. Hasta que por fin un día, “la Luz verdadera que ilumina a todo hombre”, llegó con su presencia contagiosa y la iluminó, la encendió. Y nuestra vela se sintió feliz por haber recibido la luz que vence a las tinieblas y le da seguridad a los corazones.
Muy pronto se dio cuenta de que haber recibido la luz constituía no solo una alegría, sino también una fuerte exigencia… Sí. Tomó conciencia de que para que la luz perdurara en ella, tenía que alimentarla desde el interior, a través de un diario derretirse, de un permanente consumirse… Entonces su alegría cobró una dimensión más profunda, pues entendió que su misión era consumirse al servicio de la luz y aceptó con fuerte conciencia su nueva vocación.
A veces pensaba que hubiera sido más cómodo no haber recibido la luz, pues en vez de un diario derretirse, su vida hubiera sido un “estar ahí”, tranquilamente. Hasta tuvo la tentación de no alimentar más la llama, de dejar morir la luz para no sentirse tan molesta.
También se dio cuenta de que en el mundo existen muchas corrientes de aire que buscan apagar la luz. Y a la exigencia que había aceptado de alimentar la luz desde el interior, se unió la llamada fuerte a defender la luz de ciertas corrientes de aire que circulan por el mundo.
Más aún: su luz le permitió mirar más fácilmente a su alrededor y alcanzó a darse cuenta de que existían muchas velas apagadas. Unas porque nunca habían tenido la oportunidad de recibir la luz. Otras, por miedo a derretirse. Las demás, porque no pudieron defenderse de algunas corrientes de aire. Y se preguntó muy preocupada: ¿Podré yo encender otras velas? Y, pensando, descubrió también su vocación de apóstol de la luz. Entonces se dedicó a encender velas, de todas las características, tamaños y edades, para que hubiera mucha luz en el mundo.
Cada día crecía su alegría y su esperanza, porque en su diario consumirse, encontraba velas por todas partes. Velas viejas, velas hombres, velas mujeres, velas jóvenes, velas recién nacidas…. Y todas bien encendidas.
Cuando presentía que se acercaba el final, porque se había consumido totalmente al servicio de la luz, identificándose con ella, dijo con voz muy fuerte y con profunda expresión de satisfacción en su rostro: ¡Cristo está vivo en mí!
Fuente: materialescueladominical.blogspot.com
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