“Se juntaron a Jesús los fariseos, y algunos de los escribas, que habían venido de Jerusalén; los cuales, viendo a algunos de los discípulos de Jesús comer pan con manos inmundas, esto es, no lavadas, los condenaban. Porque los fariseos y todos los judíos, aferrándose a la tradición de los ancianos, si muchas veces no se lavan las manos, no comen. Y volviendo de la plaza, si no se lavan, no comen. Y otras muchas cosas hay que tomaron para guardar, como los lavamientos de los vasos de beber, y de los jarros, y de los utensilios de metal, y de los lechos. Le preguntaron, pues, los fariseos y los escribas: ¿Por qué tus discípulos no andan conforme a la tradición de los ancianos, sino que comen pan con manos inmundas? Respondiendo él, les dijo: Hipócritas, bien profetizó de vosotros Isaías, como está escrito: Este pueblo de labios me honra, Mas su corazón está lejos de mí. Pues en vano me honran, Enseñando como doctrinas mandamientos de hombres. Porque dejando el mandamiento de Dios, os aferráis a la tradición de los hombres: los lavamientos de los jarros y de los vasos de beber; y hacéis otras muchas cosas semejantes.” Marcos 7:1-8En México hay una ley llamada “Hoy no circula o Programa Permanente de Restricción Vehicular”. Se implementó como una medida para abatir la contaminación por ozono en el Distrito Federal. Esta ley como la mayoría de la legislación, fueron establecidas para ayudarnos. Ese debería ser el funcionamiento correcto de una ley.
Tomas de Aquino en su Suma teológica describe la ley de la siguiente manera: “La ordenación de la razón dirigida al bien común dictada por el que tiene a su cargo el cuidado de la comunidad y solemnemente promulgada”. Marco Tulio Cicerón dijo: “Las leyes se han hecho para el bien de los ciudadanos”.
Como sabemos el no entender las leyes correctamente puede llevarnos a actuar de manera equivocada, sobre todo me refiero a las autoridades que al parecer se han olvidado del propósito de las mismas.
Un ejemplo es un Señor, Don Luis, que debido a una emergencia, tomó su auto un miércoles y ese día no debía circular acorde a la ley. Emprendió su viaje al hospital ya que su esposa estaba a punto de dar a luz, a un par de gemelitos. En el camino fue detenido por un oficial que muy hábilmente estaba cumpliendo con la ley, como dije era miércoles y ese auto no debía estar en las calles. Don Luis le explicó toda la situación. Sin embargo el oficial le respondió: La ley es la ley, y yo estoy para que se respete.
Este oficial no entendía que las leyes son para beneficio de la humanidad, seguramente por eso Simón Bolívar dijo: “Los legisladores necesitan ciertamente una escuela de moral”
Si el policial hubiera entendido las leyes, habría ayudado a este matrimonio para poder llegar con bien y a tiempo al hospital.
Lo triste es que pasa dentro de las iglesias, esto mismo sucede en los adentros de la comunidad cristiana, por supuesto no en todos pero sí en algunos líderes. No han entendido la ley divina, bien escribió John Locke “Las leyes se hicieron para los hombres y no los hombres para las leyes”
Eso mismo dice la Biblia por ejemplo en Levítico podemos encontrar el propósito de la Ley divina: “No te vengarás, ni guardarás rencor a los hijos de tu pueblo, sino amarás a tu prójimo como a ti mismo” 1 El profeta Miqueas dice: “Oh hombre, él te ha declarado lo que es bueno, y qué pide Jehová de ti: solamente hacer justicia, y amar misericordia, y humillarte ante tu Dios”.2
Los lideres cristianos, no sólo me refiero a los sacerdotes, pastores, ancianos, presbíteros, diáconos, etc., sino cualquier persona dentro del cristianismo que tiene alguna influencia sobre otras personas, aunque sea sólo una. Muchos por siglos han entendido mal el verdadero significado de la Ley divina, podemos resumirlo de la siguiente manera: La Ley divina no se hizo para esclavizarnos sino para liberarnos.
Por eso Jesús les dice hipócritas, porque cualquier líder sea grande o pequeño, en este caso los escribas y fariseos, conoce la Biblia y sabe el propósito de Dios. Ellos al igual que hoy, ponían sobre la ley divina un montón de prohibiciones extras, o complementos, o simplemente la cumplían a raja tabla; al igual que el policía que no permitía llegar a Don Luis al hospital.
Ahora no estoy diciendo que no se cumpla la Ley de Dios como algunos incluso “cristianos” sugieren y dicen que esta abrogada es decir invalida; Jesús mismo dijo “No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir. Porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la ley, hasta que todo se haya cumplido”3 Jesús también“…habló a la gente y a sus discípulos, diciendo: En la cátedra de Moisés se sientan los escribas y los fariseos. Así que, todo lo que os digan que guardéis, guardadlo y hacedlo; mas no hagáis conforme a sus obras, porque dicen, y no hacen”4
Lo que estoy tratando de decir es que las Leyes de Dios son para nuestro bienestar, no para nuestra desdicha. Claro está que por cumplir las leyes no nos conduce al cielo; eso sólo es un regalo de Dios para los que creen en Jesucristo. Sin embargo las leyes pueden ser un buen termómetro para saber quien es cristiano y quien no. Podemos decir por sus frutos los conocerás, el árbol bueno da frutos buenos y el árbol malo da frutos malos.
Por ahí hay muchos fariseos y escribas interpretando mal la ley de Dios ten cuidado de ellos. Ser cristiano debe de hacernos libres no esclavos, debe de ser para nuestro bienestar no para nuestro malestar.
¿Cómo interpretar la ley entonces? Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas.5
El común denominador es AMOR. Es lo mismo que le faltó al policía carecía de amor.
Enviado por Alejandro Cunillé Fuentes


“Terminada la travesía, vinieron a tierra de Genesaret, y arribaron a la orilla. Y saliendo ellos de la barca, en seguida la gente le reconoció. Y recorriendo toda la tierra de alrededor, comenzaron a traer de todas partes enfermos en lechos, a donde oían que estaba. Y dondequiera que entraba, en aldeas, ciudades o campos, ponían en las calles a los que estaban enfermos, y le rogaban que les dejase tocar siquiera el borde de su manto; y todos los que le tocaban quedaban sanos”. Marcos 6:53-56
Agradece cada día por la existencia de tu mamá, y si no la tienes agradece por haberla tenido.
“Oyó el rey Herodes la fama de Jesús, porque su nombre se había hecho notorio; y dijo: Juan el Bautista ha resucitado de los muertos, y por eso actúan en él estos poderes. Otros decían: Es Elías. Y otros decían: Es un profeta, o alguno de los profetas. Al oír esto Herodes, dijo: Este es Juan, el que yo decapité, que ha resucitado de los muertos. Porque el mismo Herodes había enviado y prendido a Juan, y le había encadenado en la cárcel por causa de Herodías, mujer de Felipe su hermano; pues la había tomado por mujer. Porque Juan decía a Herodes: No te es lícito tener la mujer de tu hermano” Marcos 6:14-18 Dicen los expertos que los fantasmas, son apariciones, en muchas culturas son supuestos espíritus o almas que se manifiestan entre los vivos en forma sensorial, es decir de forma evidente a nuestros sentidos, ya sea por olores, sonidos, formas, o movimientos de objetos. Hay toda una parafernalia, un espectáculo, con respecto a los fantasmas. Sin embargo, otro significado según el diccionario, fantasma puede ser, una amenaza de un riesgo inminente o temor que algo ocurra. Un ejemplo es cuando decimos: Nos persiguen los fantasmas del pasado. Herodes era molestado por un fantasma. Un fantasma que no lo dejaba dormir. Un fantasma que lo acechaba día y noche. En la cabeza de Herodes, resonaba en su cabeza; No te es lícito, no te es lícito, no te es lícito. – ¿Te ha sucedido? Has escuchado la voz que resonaba en la cabeza de Herodes. No te es lícito. Quizá, después de tomar en exceso, o de drogarte, o incluso de fumar, que tal después de ver pornografía, después de robar, de insultar, de no respetar, de ser infiel, de no ayudar cuando puedes, que tal cuando sabes que estas haciendo algo malo… ¿Has escuchado esa voz que dice: No te es lícito.? Todos tenemos algo que cambiar, para Herodes era la mujer de su hermano Felipe, Herodías. Podía haber tenido cualquier mujer siendo rey, pero escogió a la de su hermano. Puedo ver a Herodes sentado en su cama, solo, como un mueble más en la habitación. Meditando en esas cuatro palabras No te es lícito. La noche anterior había estado con Herodías, seguramente había tenido relaciones. La diversión se había ido, ahora solo quedaba el fantasma, No te es lícito. Herodes anhelaba como tú o como yo una vida plena, una vida feliz, y aunque la noche había sido alegre, la mañana se tornaba amarga. Herodes no sabía que hacer, tenía miedo, algo dentro de él, le recordaba: NO TE ES LÍCITO, el fantasma lo dejaba pensando en sus actos. Una parte de Herodes le gustaba escuchar las buenas nuevas, de vez en cuando ese, No te es lícito, se convertía en una vida mejor. El No te es lícito, anunciaba el arco iris después de la lluvia. El No te es lícito le daba esperanza, de una vida plena. Pero también había otra voz, una que le decía callemos para siempre el No te es lícito. Herodes le gusta la idea, y pregunta ¿Cómo? Matemos al heraldo, al mensajero de Dios y así no escucharemos más: No te es lícito. Herodes no le gustaba mucho lo que escuchaba, sí quería silenciar a esa fantasma que lo perseguía día y noche, pero no de esa forma. Sabemos el desenlace, Herodías logró convencer a Herodes, mandó matar a Juan el Bautista. Sin embargo el fantasma no se fue, el No te es lícito resonaba cada vez más fuerte, el fantasma lo atormentaba tanto que llego a creer que Jesús era Juan resucitado. “Este es Juan, el que yo decapité, que ha resucitado de los muertos” Lo que Herodes hizo, no es tan diferente de lo que nosotros hacemos, al igual que él, de vez en cuando escuchamos: No te es lícito. De vez en cuando no podemos dormir, no estamos a gusto, estamos como desesperados. ¿Qué debemos hacer? Inmediatamente al escuchar “No te es lícito”, podemos hacer dos cosas: No atender y hacernos de oídos sordos. “No oigo, no oigo, soy de palo y tengo orejas de pescado” o bien arrepentirnos y cambiar. Y es aquí cuando el fantasma se convierte en buenas nuevas, el No te es lícito se trasforma en una nueva oportunidad. Es como si estuviéramos apunto de tomarnos una botella de agua, y alguien nos dice: No te es lícito, es veneno. ¿Qué no te das cuenta? No leo la mente para poder saber qué no es lícito para ti. Pero lo que sí se es que seguramente no te conviene. Es algo que seguro te va a perseguir como un fantasma. Mi consejo es el siguiente: “El tiempo se ha cumplido y el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos, y creed en el evangelio” Enviado por Alenjandro Cunillé
En estos días que la humanidad sensibiliza un poco su corazón para volver sus ojos a Dios no podemos desaprovechar la oportunidad de proclamar a gran voz lo que Jesús hizo por todos nosotros.
Erase una vez una pequeña vela que vivió feliz su infancia, hasta que cierto día le entró curiosidad en saber para qué servía ese hilito negro y finito que sobresalía de su cabeza. Una vela vieja le dijo que ese era su “cabo” y que servía para ser “encendida”. Ser “encendida” ¿qué significaría eso?. La vela vieja también le dijo que era mejor que nunca lo supiese, porque era algo muy doloroso.